Bomberos

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Bomberos, Origen del cuerpo[ ]

El primer servicio contra incendios se fundó en 1597, estableciendo el Ayuntamiento la compra de doce aguatochos grandes, dos escaleras de veinticuatro pasos cada una en tres trozos con encajes y albardillas, veinticuatro cubetas de acero, seis maromas delgadas, seis garfios con sus picas largas y seis carros con cubetas de a treinta cántaros que debían estar llenos de agua. Una vez al año era obligatorio hacer un simulacro. En 1613 pasaron a ser conocidos como bomberos porque se adquirió una bomba brazal (accionada a brazo). Los bomberos eran llamados con las campanas parroquiales. En 1773 se dividió la ciudad en cuarteles o zonas a efectos de extinción de siniestros. La llamada a los bomberos se hacía mediante campanadas: una para el cuartel de Palacio; dos para el de Universidad; tres para el de Centro; cuatro para el de Hospicio, etc. Y para saber el barrio se utilizaba una campana de timbre con una campanada para el primer barrio, dos para el segundo, etc.

En 1895 se creó el Cuerpo de Bomberos de Madrid. Su director, Isidoro Delgado y Vargas, impuso una serie de condiciones para acceder al mismo: tener entre 23 y 35 años, superar 1,50 m de estatura, saber leer y escribir, honradez intachable y preferiblemente ser carpintero, albañil o haber servido en la Armada, Ingenieros o Artilleros.


Este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, publicado por Ediciones La Librería, autorizada su inclusión en Madripedia bajo licencia Reconocimento-CompartirIgual


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