Palacio de la Alameda de Osuna

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Archivo:Parque del Capricho 09.JPG
Palacio de los duques de Osuna
La Alameda de Osuna es uno de los pocos ejemplos que quedan de aquellas quintas de recreo que rodearon Madrid desde finales del siglo XVIII y durante el XIX.

La Alameda fue un antiguo pueblo con restos de la Edad del Bronce, romanos y de la época medieval, que se habría despoblado de no ser por don Pedro de Alcántara Téllez de Girón, noveno duque de Osuna quien, en 1783, compró al conde de Priego unos terrenos con una casa de labor, una huerta y varios edificios. El duque amplió la finca con la adquisición de terrenos colindantes, mandó plantar la alameda que daría nombre a la finca y, en 1787, comenzó la construcción del palacio de forma cuadrangular con torreones en los extremos, obra de los arquitectos Machuca y Medina.

Hacia 1792 ya estaba la finca prácticamente completada con numerosos edificios anejos. La Alameda de Osuna también sería conocida como ”El Capricho” en honor de la duquesa de Osuna, pues fue ella quien más interés puso en su transformación en finca de recreo.

En la invasión francesa, el recinto pasa a ser propiedad del general francés Agustín Belliard, quien parece ser que utilizó las instalaciones para sus tropas. Posteriormente, tras la retirada del ejército francés, el lugar regresó a manos de la Duquesa, quien llevó a cabo una reforma del mismo. Se repoblaron arbustos, y se construyó el casino de baile o palacete mencionado (1815), obra de de López Aguado (quien diseñó el Parque del Retiro). También se levantaron columnas y relieves que se consideran representación de las cuatro estaciones, primavera, verano, otoño e invierno.

En 1882 la finca del Capricho fue subastada y adquirida por la familia Bauer. Aunque en 1934 la finca fue declarada Jardín Artístico, durante la guerra civil el palacio estuvo ocupado por el general Miaja como Cuartel General del Ejército republicano (en el parque permanecen aún un búnker, un refugio subterráneo a la izquierda del palacio y los restos de varios nidos de ametralladoras junto al castillo).

Tras la guerra pasó a ser propiedad de una inmobiliaria y finalmente del Ayuntamiento de Madrid a partir de 1975, quien acometió la tarea de restaurar el conjunto y abrirlo al público. El largo abandono acabaron con las pinturas del palacio y los diversos monumentos y esculturas repartidos por los jardines. En la actualidad el palacio se encuentra muy deteriorado por falta de presupuesto para su rehabilitación, sin embargo, el parque sí ha sido restaurado y abierto al público los fines de semana, siendo conocido como el Parque del Capricho

Este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, publicado por Ediciones La Librería, autorizada su inclusión en Madripedia bajo licencia Reconocimento-CompartirIgual