Calle de la Montera
La calle de la Montera se encuentra entre la Puerta del Sol y la Gran Vía. El primer nombre que tuvo esta calle fue el de San Roque, porque durante la epidemia de peste de 1533 los madrileños hicieron muchas rogativas al abogado contra la peste y luego construyeron en esta calle una ermita a tal santo. Dos siglos más tarde junto a la ermita ya había varias casas construidas, cuyos habitantes solicitaron que la calle se denominara de San Roque. Posteriormente pasó a denominarse Inclusa y San Luis indistintamente porque aquí se fundó en 1567 la Casa Real de Nuestra Señora de la Caridad y San José, destinada a recoger niños expósitos y se construyó en 1541 la primera iglesia de San Luis Obispo. También fue conocido por la Red de San Luis, porque aquí estuvo el mercado de pan, cuyo recinto estaba protegido por una red de cuerdas. Finalmente durante el reinado de Felipe IV toda la calle pasó a denominarse Montera, nombre que ha prevalecido siempre.
Hay varias leyendas que explican el origen de este nombre. Una de ellas cuenta que se debe a una mujer muy bella y recatada, esposa de un montero de Felipe II, que levantaba pasiones en todos los hombres que intentaron cortejarla. Otra dice que antes de que los límites de la ciudad llegasen a esta zona se decía que las tierras que se veían desde aquí hacia el fondo parecían los picos de una montera, de ahí que al abrirse posteriormente la calle tomara este nombre. Una tercera tradición cuenta que cuando pasó por Madrid el rey Sancho IV el Bravo a caballo, se le cayó la montera en la que en un futuro sería la plaza de la Puerta del Sol, frente a la desembocadura de esta calle y que de ahí toma su nombre. Como nadie se dio cuenta, el rey se enfadó mucho. Y parece ser que en dos hitos de aquí aparecieron dos frases que recordaban este hecho. En uno se podía leer «Al pasar esta vereda, perdió el rey su montera» y en el otro decía «Como Don Sancho era bravo, caminó con grande enfado».
Entre 1843 y 1845 recibió el nombre de Patriota Manzanares, militar y ministro liberal que, tras volver de Francia en 1831, fue traicionado y antes de que le entregaran al destacamento realista, mató a los que le iban a vender, suicidándose a continuación.
En esta calle se halla el antiguo pasaje del Comercio y estuvieron los conocidos Almacenes Arias, destruidos por un incendio en 1987 en el que perecieron diez bomberos al desplomárseles el techo de una de las plantas mientras trataban de extinguir el fuego. En su lugar, en 1994, se construyó un edificio con nueve salas de cine denominadas Cines Acteón.