Convento de las Salesas Reales
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Popularmente conocido como las salesas reales, el convento de la Visitación de Nuestra Señora fue fundado en 1748, por la reina Bárbara de Braganza para colegio y residencia de jóvenes de la nobleza.
Historia[ ]
En origen, las hermanas salesas ocuparon unas casas en Prado Viejo, de dónde se trasladaron a un beaterio existente en la calle San José. De allí pasaron a su emplazamiento definitivo, junto a la Puerta de Recoletos, en la actual Calle de Bárbara de Braganza. La reina había comprado allí unos terrenos para su fundación. Su proyecto era no sólo la creación del convento, sino asegurarse un lugar tranquilo donde pudiera residir en caso de la muerte del rey, Fernando VI.
El convento fue diseñado por el francés Francois Carlier, aunque debido a un viaje a Parma, fue Francisco Moradillo quién lo llevó a cabo, modificando incluso el proyecto original al incluir dos torres campanario. Las obras, comenzadas en 1750, apenas duraron 7 años.
La muerte de la reina no supuso un cambio para el convento, que siguió contando con grandes patrocinadores que la embellecieron.
Cuando en 1870 las salesas fueron exclaustradas el convento se destinó a Palacio de Justicia, aunque la iglesia siguió abierta al culto.
En el siglo XX, el ya Palacio de Justicia sufrió dos grandes incendios que afectaron a las antiguas dependencias conventuales. La restauración la realizó Joaquim Roji. Las escalinata que accede a la portada fue realizada en 1930 por Miguel Durín al abrir la nueva Calle de Doña Bárbara de Braganza.
En el interior de la iglesia se conserva el monumento funerario de Fernando VI y Bárbara de Braganza, que fueron enterrados allí, encargados por Carlos III a Francesco Sabatini y al escultor Francisco Gutiérrez, y la tumba de Leopoldo O'Donnell, obra de Jerónimo Suñol.
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