Basílica Pontificia de San Miguel

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La fachada convexa de la Basílica de San Miguel es única en el barroco madrileño.

<googlemap version="0.9" lat="40.414868" lon="-3.708841" zoom="17" width="700" height="300"> 40.414194, -3.709683, Calle de San Justo Basílica Pontificia de San Miguel </googlemap> La Basílica de San Miguel (oficialmente, Basílica Pontificia de San Miguel) está ubicada en la calle de San Justo.

Se encuentra junto al Palacio Arzobispal, en el corazón de la zona conocida como Madrid de los Austrias. Está adscrita al Opus Dei.

A pesar de sus pequeñas dimensiones, se trata de una de las construcciones arquitectónicas más relevantes del barroco español, por la singular forma convexa de su fachada, poco habitual en el país y única en el barroco madrileño. El templo, que empezó a construirse en el año 1739, posee una notable influencia italiana. Fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional el 28 de noviembre de 1984, según real decreto.


Historia[ ]

Las torres con chapiteles de la basílica asoman por encima del Palacio Arzobispal.

La Basílica de San Miguel se emplaza sobre el solar de la parroquia de los Santos Justo y Pastor, mártires cristianos que, según la tradición, murieron en Alcalá de Henares. Poco se conoce sobre esta desaparecida iglesia, una de las más antiguas de la ciudad. Su construcción es anterior al siglo XIII, al menos eso se desprende del Fuero de 1202, en el que se la cita. El templo sufrió un incendio en 1690 y quedó completamente destruido.

En 1739 se iniciaron las obras de la construcción actual, a instancias del Cardenal Infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, Arzobispo de Toledo, que costeó su ejecución con un presupuesto de 1.421.000 reales. En 1745 se concluyó el edificio.

En tiempos de José Bonaparte, la iglesia añadió una nueva advocación: a la original de los Santos Justo y Pastor, se le sumó la de San Miguel, santo que quedó sin feligresía ante la demolición de la vecina parroquia de San Miguel de los Octoes. En el siglo XIX, el templo quedó advocado únicamente a San Miguel y la feligresía de los Santos Justo y Pastor pasó a la iglesia del antiguo convento de las Maravillas.

En el siglo XX, el Opus Dei se hizo cargo del templo. Esta institución promovió diferentes reformas, como la supresión de los altares laterales y la construcción de una cripta bajo el edificio. En este siglo pasó a ser iglesia pontificia, con el nombre de Basílica Pontificia de San Miguel (es decir, es el templo de la Nunciatura apostólica de la Santa Sede en España).

Valores artísticos[ ]

La basílica es obra del arquitecto italiano Santiago Bonavía.

El edificio, de planta de cruz latina, se debe al arquitecto italiano Santiago Bonavía, si bien fue encargado inicialmente a Teodoro Ardemans y terminado por Virgilio Rabaglio. Especialmente llamativa es su fachada, de forma convexa, rematada por dos torres con chapiteles, de influencia oriental, y un frontón, igualmente curvo.

Interior.

La fachada integra varios conjuntos escultóricos. Las alegorías de la Caridad, de la Fe, de la Esperanza y de la Fortaleza, realizadas por Roberto Michel y Nicolás Carisana, adornan los dos cuerpos superiores. En la parte superior de la puerta de entrada, aparece un bajorrelieve, realizado por Carisana, donde se muestra el martirio de los Santos Justo y Pastor, a los que estaba advocado el templo en sus orígenes.

La basílica mantiene en toda su estructura distintos juegos de equilibrios, dada la tensión cóncava-convexa de las superficies y la alternancia de tramos circulares y elípticos con otros de arcos cruzados. A ello se añade la disposición oblicua de las pilastras y columnas, con respecto al eje central, y el cruce en forma de aspa de los arcos torales, en la bóveda.

La nave se cubre con cúpula rebajada, que se sostiene sobre pechinas de aristas forzadas. La cúpula está decorada con frescos de Bartolomé Rusca, realizados en 1745, en los que se representa la apoteosis celestial de los Santos Justo y Pastor.

Entre las tallas más notables de la iglesia, se encuentra una imagen del Cristo de la Fe y del Perdón, del siglo XVIII, obra del escultor Luis Salvador Carmona, que sale en procesión cada Domingo de Ramos, la primera de todas las que desfilan en la Semana Santa.

Véase también[ ]

Fuentes[ ]

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