Calle de Dos Amigos
Entre las calles de San Bernardino y Maestro Guerrero. Tomaba el nombre de dos niños muy amigos -Gabino y Guillén- que se criaron juntos en dos quintas contiguas situadas en este lugar a fines del siglo XIV o principios del XV y contaban los años pasados con los arbolitos que iban plantando en la huerta. Un día una terrible tormenta destruyó las huertas de los dos amigos y al ver que se quedaban sin nada, el capellán de una iglesia cercana les mandó al colegio de los Doctrinos. Así, mientras el clérigo intentaba recomponer las huertas y reedificar la casa, los niños recibirían instrucción. Gabino murió en el colegio y Guillén, al regresar y ver que también había muerto el capellán, su protector, murió de pena. Como no tenían herederos, el prior de San Martín dispuso de las tierras, la cuales pasaron a ser conocidas por la heredad de los Dos Amigos, nombre que pasó posteriormente a la calle que se abrió aquí.