Calle de Galdo
Entre las calles de Carmen y Preciados. Esta es la antigua calle del Candil. Cuenta la leyenda que una hilandera ayudó a los partidarios de Enrique de Trastámara conduciéndoles a través de una mina hasta el Alcázar, y para ello se alumbraba con un candil, pues temía que si encendían antorchas les descubrirían. Como en una ocasión acompañó con su candil al propio Enrique, éste la premió y mandó colgar un candil de plata en aquel lugar. Cuando posteriormente los hermanos Preciado compraron la casa de la hilandera, quisieron quedarse con el candil, pero el Consejo decidió que pertenecía al rey. Con él se fundió una lámpara para la iglesia de Atocha y en su lugar se puso otro candil de hierro que con el tiempo desapareció. Desde 1901 recibe el nombre del madrileño Galdo, en recuerdo de Manuel María José de Galdo, que fue alcalde de Madrid entre 1869 y 1871.