Calle de la Espada
Entre la plaza de Tirso de Molina y la calle de la Esgrima. Esta calle está relacionada con la anterior. Un maestro de esgrima tenía alquilado en esta calle un corralón para dar clases y junto a la puerta tenía colgada una espada de una cadena, a modo de anuncio, de la que contaba muchas anécdotas. Se dice que Lope de Vega fue uno de sus alumnos en el manejo de la espada. Como el dueño de la casa quería demolerla para volver a edificarla y el maestro le debía algunos alquileres, le echó de allí quedándose con la espada. Pero como el edificio lindaba con otro propiedad de los frailes mercedarios que promovieron un litigio, la casa quedó derribada a medias y la espada permaneció colgada mucho tiempo dando nombre al corral y posteriormente a la calle. También se dice que cierto día en que don Antonio de Silva y Toledo, duque de Alba, pasaba por allí, vio la espada y al comprobar que era auténtica la compró y se la llevó a su armería.