Calle y plaza Cebada
Entre las calles de Toledo y del Humilladero, y entre la plaza del Humilladero y las calles del Humilladero y Toledo, respectivamente. Este era uno de los mercados que tenía Madrid para la venta de cereales, legumbres y tocino. El nombre se debe a que aquí se separaba la cebada destinada a los caballos del rey de la de los regimientos de Caballería. El grano lo traían a vender a esta plaza los labradores de las cercanías de Madrid.
Esta plaza se empezó a formar a principios del siglo XVI. Por la forma que tenía en el plano de Texeira denota que servía de era en la época de trilla. Sus tierras pertenecían a la encomienda de Moratalaz, de la Orden de Calatrava, y desde el principio, se destinó a la venta de cereales, legumbres y tocino. La plaza de la Cebada fue en el siglo XVIII el lugar donde se instalaban las ferias de Madrid y en el XIX donde se celebraban las ejecuciones (trasladadas desde la Plaza Mayor). Aquí fue ahorcado el 7 de noviembre de 1824 el general Riego, de quien se dice que dio todo un espectáculo de abatimiento ante la horca.
La calle recibe igual denominación por quedar detrás de la plaza.
Esquina a la calle de Toledo estaba el hospital y convento de la Latina. El convento tenía fachada a la citada calle y el hospital a la plaza. El convento-hospital fue derribado a principios del siglo XX y en su solar se construyó un nuevo convento, y el lugar del hospital fue ocupado por el teatro La Latina. En la esquina a la calle del Humilladero se alzaba la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, donde antiguamente estuvo un humilladero de igual nombre. En su solar y en el resto de la plaza se construyó el mercado de la Cebada. En el centro de la plaza hubo hasta tres fuentes diferentes denominadas de la plaza de la Cebada, la primera de ellas diseñada por Juan Gómez de Mora.
