Callejón del Perro
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La calle o callejón del Perro estaba entre las calles de Libreros y Tudescos aproximadamente y se la conocía también como callejón del Perro. Era la calle más estrecha de Madrid, tan sólo medía 2,3 metros de anchura.
Según la leyenda, el marqués de Villena tenía aquí un corral custodiado por un gran mastín que vigilaba unos instrumentos de física y química. Se dice que el perro, además de vigilar el lugar, echaba mal de ojo. Otra versión dice que aquí hubo un perro que pertenecía al duque de Alba. Desapareció con la construcción de la Gran Vía.
Este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, publicado por Ediciones La Librería, autorizada su inclusión en Madripedia bajo licencia Reconocimento-CompartirIgual
