Canalillo
El canalillo era el canal (de Isabel II) descubierto por donde circulaba el agua que llegaba desde el Lozoya, cruzaba el parque de la Dehesa de la Villa, al sur del cual se construyó el acueducto de Amaniel junto a la avenida de Pablo Iglesias (cerca de Cuatro Caminos) y discurría en un recorrido serpenteante bordeando el antiguo Hipódromo (donde hoy se hallan los Nuevos Ministerios) así como el Museo de Ciencias Naturales y cruzando la glorieta de López de Hoyos, María de Molina y Diego de León se dirigía hacia el barrio de la Guindalera. En sus bordes, en las inmediaciones del actual paseo de la Castellana se asentaron algunas quintas que se aprovechaban del agua para el riego. Las márgenes del canalillo estaban bordeadas de álamos blancos. Los madrileños acudían a este lugar a pasear y a merendar los domingos por la tarde en los merenderos que se instalaron junto al canalillo. El crecimiento urbano de la ciudad obligó a enterrar subterráneamente el canalillo, el cual, a mediados de la década de los 50 aún era visible en algunos tramos.