Carabanchel (artículo)
Carabanchel de Suso y de Yuso, Alto y Bajo, de Arriba y de Abajo, Carabancheles en plural o, simplemente, Carabanchel son los topónimos alusivos al territorio y a los antiguos pueblos limítrofes con Madrid por el SO, pasado el río Manzanares. Las dos pequeñas aldeas agrícolas, en principio pertenecientes a la villa de Madrid y que devinieron municipios independientes (hasta 1955), terminaron de nuevo inmersas en el tejido urbano de la expansiva metrópoli vecina. El siglo XX fue testigo de esa gran transformación (7.921 habitantes sumaban ambos municipios en los albores de la centuria), ya que la población empezó a aumentar a ritmo creciente hasta la Guerra Civil, con más fuerza en Carabanchel Bajo (31.000 almas en 1930). La sociedad de los Carabancheles estaba ya compuesta en los años treinta y cuarenta sobre todo por capas populares, ocupadas en la construcción, la industria y el comercio, rasgos que darán carácter a este distrito urbano de Madrid (tras su absorción a mediados de los cincuenta). Ya desde las primeras décadas del siglo XX los Carabancheles mostraban los atributos de franja rural-urbana primero y suburbio después, con asentamientos, relativamente inconexos entre sí, de construcciones mayoritariamente artesanales. Tras la Guerra Civil, de la cual hay documentados numerosas trincheras y destrucción de edificios, el crecimiento inmigratorio se intensificó con castellano-manchegos, extremeños y andaluces, y el espacio se fue colmando con viviendas modestas (incluso chabolas) y algún núcleo industrial. A partir de los años sesenta comenzaron ya las construcciones de algo mejor calidad, iniciando así la tendencia hacia un estatus superior, propio de la periferia urbana.
Los Carabancheles, sin embargo, gozaron de mayor notoriedad en otros tiempos que han dejado su huella en el paisaje urbano. Desde los siglos XVIII y XIX fueron elegidos como lugar para sus villas de recreo por nobles, políticos y burgueses de Madrid, entre ellos la propia casa real, la condesa de Montijo, el marqués de Salamanca, etc. Los edificios palaciegos y sus grandes fincas se transformaron luego en importantes equipamientos de tipo educativo, sanitario, militar, social o funerario. Destacan al respecto la antigua posesión real de Vista Alegre, que ocupa una vasta extensión romboidal en el corazón del distrito, el hospital militar (de finales del siglo XIX), los cuarteles de Campamento, ubicados en la antigua dehesa de los Carabancheles, el aeródromo de Cuatro Vientos, la necrópolis Sur, asilos, reformatorios, orfanatos, etc. Fueron un claro ejemplo de exurbanización de grandes dotaciones desde Madrid. No obstante, y sin lugar a dudas, el nombre de Carabanchel ha estado asociado en el imaginario a dos equipamientos singulares: la prisión, instalada a mediados de los años cuarenta y clausurada al finalizar la centuria, y, como contrapunto, el coso taurino de Vista Alegre, conocido popularmente como <<la Chata>> por su bajo porte. Reedificado en las postrimerías del siglo XX para acomodar también actividades comerciales (y llamado ahora palacio), permanece como enseña decadente y reminiscencia de aquella función lúdica que una vez hizo escribir a Pascual de Madoz: <<Los Carabancheles [...] parecen destinados a figurar con grandes ventajas como uno de los sitios más notables de recreo de las cercanías de Madrid>>.
Fuente de la primera versión: Artículo de la Madrid Siglo XX. Enciclopedia, autor Antonio Moreno Jiménez