Carteros
Creación del servicio de carteros
Los primeros carteros aparecieron en 1756, durante el reinado de Fernando VI. Fueron nombrados un total de doce encargados del reparto de la correspondencia. Como normalmente, los carteros vivían en el mismo barrio en que repartían, conocían a los vecinos, lo que facilitaba su labor y contribuía a que no se perdiese ninguna carta. Antes de la creación del servicio de carteros, sólo existía un Cartero Mayor, situado en el edificio del Correo, en el antiguo número 32 de la calle de Postas. Este apartaba las cartas oficiales y confeccionaba una lista con los nombres de los vecinos que habían recibido alguna. La lista se exponía al público para que los interesados recogieran sus cartas, pero con el tiempo, aparecieron los "listos" que, tras leer la lista, recogían las cartas y las entregaban a los destinatarios, exigiéndoles a cambio, el abono de una cantidad por el servicio prestado. Cuando se creó el servicio de carteros -y hasta que fue creado el sello postal, que establecía el pago por adelantado- el importe del franqueo lo pagaba el destinatario. (Ver también primer buzón).