Cine Iris
Estaba en el principio de la calle de Guzmán el Bueno, a la izquierda, y era el cine que más ozonopino dispensaba en Madrid. En los años cuarenta las posibilidades de ducharse eran escasas y en cuanto se reunía una regular concentración de gente había que depurar el ambiente. Y de eso se ocupaba un acomodador que, provisto de un aparato, que funcionaba como un spray y parecía una cafetera, distribuía por la sala un líquido con olor a algo parecido al pino que empapaba generosamente al personal.
El cine tenía un solar a continuación de la sala que llegaba a la calle de Andrés Mellado y donde se exhibían películas en los meses de verano. En una época donde no existía el aire acondicionado era la única solución para los calores madrileños. Cuando más tarde llegó la refrigeración ese anuncio, "refrigerado", se convirtió en el estandarte de los cines que de él disponían. Mientras, los vecinos que rodeaban el solar eran la envidia de todos los niños del barrio: ¡tenían cine gratis!. Ninguno pensaba lo que suponía oir durante siete días los mismos diálogos sin poder dormir.
Muchos se llevaban la cena, otros se contentaban con pipas de girasol, y algunos, ¡incluso!, consumían patatas fritas. Se podía fumar, algo prohibido en las salas normales, y los más pequeños corrían por el suelo de tierra.
El cine cerró en los años setenta y en su solar se erigieron viviendas y un supewrmercado. Antes cayó la terraza de verano convertida en viviendas.
Es un recuerdo más de una forma de vida que ya pasó.
Todo cierto y perfectamente explicado. En el patio de verano recuerdo haber visto las primeras peliculas de Cantinflas y en su sala nada menos que "El Planeta de los Simios". Hay que añadir que el cine Iris era frecuentado nada mas y nada menos que por Pilar Miro que vecina del barrio.