Colegio Hermanos Álvarez Quintero
Contexto[ ]
El desarrollo del Barrio de Lucero operado en los años 60 y 70, y en general de lo que hoy es el distrito de Latina, arroja, entre otras consecuencias, un aumento de la natalidad que se traduce en una necesidad, en algunos barrios apremiante, de nuevos centros escolares.
Las plazas escolares son predominantemente privadas, en colegios no muy grandes y, en general, atendidas por profesores que se aventuran a dar clase y cobrar por el servicio prestado. No obstante existen colegios públicos, insuficientes en número, y más o menos distantes entre sí, que no son capaces de solucionar la falta de plazas como el Grupo Escolar Castuera, sito en la calle del mismo nombre de la Colonia Lucero y, más alejado, El Colegio Publico los Carmenes.
Historia del colegio[ ]
En este contexto es, a finales de los años 60, cuando las autoridades escolares deciden la construcción inmediata del Colegio Hermanos Alvarez Quintero en la calle Palmípedo que apenas puede albergar a la multitud de chiquillos del barrio que están o faltos de escolarización, o en colegios privados con un coste que muchas familias les era difícil asumir, o en colegios realmente distantes de sus viviendas.
Se trataba de un edificio de 4 plantas, carente de patio abierto, y en el que la pausa para el bocadillo, “el recreo”, se hacia, por turnos, en una planta diáfana, la tercera en construcción, que estaba sembrada de columnas metalicas y circundada perimetralmente por una verja que impedía que los alumnos se precipitasen al vacío. El gimnasio del centro estaba ubicado en el sótano del edificio.
Más tarde, la creación de nuevos colegios públicos en la zona como es el caso del Colegio Nuestra Señora del Lucero y una baja en la tasa de natalidad hacen que Colegio Hermanos Alvarez Quintero cese su actividad como centro docente y pase largos años sin uso alguno hasta que en la década de los 90 se decide su uso como conservatorio de música bajo el nombre de Conservatorio Teresa Berganza.