Colegio de San Antón
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En un principio existió en este lugar un hospital que era regentado por los antoninos, quienes tenían por patrón a San Antonio Abad, más conocido en Madrid como San Antón. Fue levantado en el siglo XVII y destinado a enfermedades contagiosas, sustituyendo a un antiguo lazareto, situado aquí, a las afueras de la ciudad cuando los límites no llegaban hasta este lugar. En agosto de 1787 Pío VI suprimió la Orden Hospitalaria de los Antoninos quedando el hospital y la capilla abandonados. En 1793 Godoy concedió a los escolapios el edificio para que instalaran su colegio -las Escuelas Pías de San Antón-, quienes se habían establecido en Madrid en 1753, con un colegio en la vecina calle de Fuencarral.
La iglesia fue construida por Pedro de Ribera antes de 1742 (año en que murió el arquitecto). En su interior destacaba una de las obras maestras de Goya: La última comunión de San José de Calasanz. El lienzo fue pintado en 1820, a los 74 años de edad. Representa al fundador de la orden de los escolapios recibiendo su última comunión en presencia de los niños del colegio, en uno de los cuales, retrató al futuro escritor de fama mundial: Víctor Hugo. Es un cuadro de estilo tenebrista en el que destaca el color -únicos- de la casulla del sacerdote y del cojín donde está arrodillado el santo. El lienzo es un homenaje del pintor a su antiguo colegio de los escolapios de Zaragoza. Goya, en agradecimiento a ellos, devolvió parte del dinero que recibió por pintarlo. El artista se inspiró en el cuadro de Domecnichino La última comunión de San Jerónimo. Es una de las piezas maestras del genial pintor aragonés siendo su último cuadro de temática religiosa antes de la etapa de las pinturas negras. En la actualidad, el cuadro se halla en el museo Calasancio, en el número 65 de la calle de Gaztambide.
El conjunto del convento, iglesia y colegio fue vendido por los escolapios en 1990 a una inmobiliaria cerrando definitivamente sus aulas aunque los padres seguían celebrando misa en la iglesia los sábados y domingos. Sin embargo, en 1994 el techo de la iglesia se hallaba en completa ruina por lo que se cerró el templo ante la amenaza de que se desplomara. Un año más tarde sufrió un incendio que destruyó la iglesia en su mayor parte. En la actualidad, el templo tan sólo se abre el día de la festividad de San Antón, el 19 de enero, para cumplir con la tradición de la bendición de animales. A la hora de redactar este libro, el edificio está pendiente de restauración con destino a colegio mayor con residencia y servicios universitarios vinculado a la Universidad Complutense. En la esquina con la calle de Santa Brígida se halla adosada la fuente de los Delfines.