Cuatro Caminos

De Madripedia
Saltar a: navegación, buscar

La formación de este barrio nacido entre 1860 y 1900, constituye un caso especialmente expresivo de la aparición de un suburbio en el entorno de la ciudad, en el paso del siglo XIX al XX. Su desarrollo hasta 1930 significó no sólo un cambio morfológico local de esa periferia, sino un fenómeno socialmente cualitativo en el conjunto de la población de Madrid, al ser clave en la génesis de un nuevo proletariado urbano. Mientras pareció clausurarse el tradicional carácter popular del centro, surgió el obrerismo de la periferia como propio de un grupo en buena medida socialmente homogéneo, segregado físicamente por la banda de obras del Ensanche y receptor de una ideología apropiada a su condici6n social. En el año 1900, Cuatro Caminos dio un censo de un 78% de jornaleros y peones de la construcción en su población activa. Una etapa de unos treinta silos de dualidad marcada entre casco y exterior define ad los primeros decenios del siglo XX madrileño, hasta la terminación del Ensanche, en una peculiar tensión urbana. Un malestar originado en el suburbio, carente de cualquier servicio, generó una reacción en grupo de alcance político en la que las tabernas hicieron de focos de socialización, y que tuvo plasmación en dos ejemplos señalados, como en las violentas protestas de agosto de 1917, con uno de sus puntos álgidos en la glorieta de Cuatro Caminos, y en la concentración de votos republicanos en las elecciones municipales de 1931.

En la encrucijada del limite norte del Ensanche y una vía principal de comunicación —la carretera de Francia— nació y se extendió así un caserío espontaneo de planta triangular, cuya calle eje dirigió las formas y la vida suburbial, de relaciones sociales angostas y cerradas. De este modo surgió el barrio, entonces carente de pasado y aislado, aunque dependiente de la vieja ciudad. Un paso importante en su integración fue la construcción en 1919 de la primera línea de metro, que puso en comunicación directa a Cuatro Caminos con la Puerta del Sol. Pero fue esa estructura de poblado caminero, según ejes mayores y nudo de comunicaciones tan bien marcados, lo que acabó también facilitando su incorporación posterior, desde 1930, a la trama de la ciudad como núcleo muy dinámico de población y de trabajo, cuando la progresión del Ensanche alcanzó su límite y su propia extensión lo unió al anterior arrabal de Tetuán, dando lugar a su transformación en barrio y a su maduración. Desde los años sesenta, cuando aún la tónica del barrio estaba dada por su mayoritaria población obrera —los periodistas del momento lo calificaron de «popular y populoso»—, también la ciudad envolvió sus flancos; todas estas presiones se tradujeron en cambios morfológicos, mientras las dinámicas sociales transformaron su contenido local y su papel en el conjunto urbano. En los últimos años el barrio ha dado cobijo en el caserío de mayor antigüedad a población inmigrante, especialmente latinoamericana, llegando a conformar espacios socialmente homogéneos, como la calle de Almansa, ocupada casi en su totalidad por población dominicana. Pero sus rasgos originales periurbanos y laborales aún se mantienen aquí y allá en su paisaje, de modo suficiente como para que su identidad geográfica no haya perdido esta vinculación con su pasado.

Referencia[ ]

  • MARTÍNEZ DE PISÓN, Eduardo. Cuatro Caminos, en Enciclopedia Madrid S.XX


Copyright
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
No es un artículo modificable ni está bajo licencias libres. Si eres el autor del mismo y quieres modificarlo, mándanos un correo