División administrativa (artículo)

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En el siglo XX se ha modernizado y descentralizado la Administración territorial municipal. Si el siglo se inicia con la división de 1902 que extiende la fragmentación en distritos y barrios a todo el término municipal, termnina, a efectos de Administración territorial, con la de 1988, que supone la consagración del distrito como pieza básica de la descentralización.

La división propuesta en 1898 por el conde de Romanones y aprobada en 1902 representa, frente a la anterior de 1863, la novedad de extenderse a todo el municipio y de buscar la homogeneidad demográfica de los diez distritos establecidos. Al aprobar el Reglamento de 25 de octubre 1897, el alcalde ya había advertido que las alcaldías de barrio no debían ser consideradas como un cargo de lujo, ya fuera en sistema de patriarcado o de representación política, sino que exigían mucho trabajo riguroso y entrañaban grave responsabilidad. La división de 1898-1902 supone un paso más en esta asunción de responsabilidades.

Desde el punto de vista territorial, se consolida el trazado radial, inherente en las primeras divisiones que correspondían a las áreas de las parroquias apoyadas en los principales caminos de salida del recinto: ahora la ciudad se distribuye radialmente (<<radialidad de Madrid compuesta por sextantes naturales formados por sus caminos-linderos>>) alrededor de un núcleo central. El libro Madrid, fronteras y territorio, de Martín, Gaviera y Ruiz Valera, que publicó el Ayuntamiento de Madrid en 1992, da exacta cuenta de las delimitaciones, superponiendo de forma muy esclarecedora las sucesivas divisiones.

De 1995 es la siguiente división, que se limita, pese a todos los cambios acaecidos, a ampliar el trazado de 1902, extendiendo los distritos hasta los límites de los términos anexionados. Es, pues, una solución conservadora que impone como única lógica territorial la de Madrid, perdiendo personalidad los municipios incorporados. Los distritos centrales permanecían inalterados. Los antes términos municipales quedaban transformados en distritos, mediante la reunión de dos o más de ellos o, a la inversa, la segregación de partes para incorporarse a otros distintos.

En opinión de los expertos este conservadurismo, que no reconoce ni el incremento poblacional, ni la complejidad social y económica, ni las nuevas líneas maestras sobre el territorio creadas por las infraestructuras ferroviarias, aumenta la disfuncionalidad de la división y hace que algunos distritos, como Vallecas o Fuencarral, tengan en su interior verdaderas barreras ferroviarias. La red viaria, por tanto, sigue siendola trama directora de la división administrativa. Todo ello hace de la división de 1955 la más criticada.

Los distritos resultantes son doce, suprimidos tres y creados cinco nuevos: Centro, Latina, Universidad, Chamberí, Tetuán, Chamartín, Ventas, Buenavista, Retiro-Mediodía, Arganzuela -Villaverde, Carabanchel y Vallecas.

Que se trataba de la perpetuación de un modelo obsoleto lo prueba que sólo quince años después se procediera a una nueva división. Los cambios habían sido muchos y hacían imprescindibles nuevas demarcaciones más acordes con las nuevas realidades territoriales y socioeconómicas. Se convertían así en distritos barrios de fuerte densidad de población y suficiente homogeneidad, aunque no fueran muy grandes (como San Blas o Moratalaz) mientras que se mantenía un distrito de Fuencarral de gran superficie (incluye El Pardo, El Goloso, etc.) pero de baja densidad de población. De modo que en 1970 se impusieron criterios de coherencia técnica y territorial sin prescindir de la historia.

Esta vez la demarcación se apoyaba en la recién definida red arterial, siguiendo el criterio habitual de no tener en cuenta más que la red viaria y las otras infraestructuras. Se reconfiguran los distritos de la llamada <<almendra>> central, que se amplían hasta siete, manteniendo los límites históricos: Centro, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán y Chamberí. Los otros once que completan los dieciocho establecidos son : Fuencarral, Moncloa, Latina, Carabanchel, Villaverde, Mediodía, Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal, San Blas y Hortaleza. Hay que tener en cuenta que en este momento funcionaba el área metropolitana de Madrid, integrada por veintidós municipios.

La última división es de 1988. Terminada la transición política y elegidos los primeros ayuntamientos democráticos en 1979, aprobado el Plan General de Ordenación Urbana de 1983, la voluntad de combatir la segregación social y funcional y de hacer más eficiente la Administración municipal lleva a la nueva división acordada el 27 de marzo de 1987 y que entró en vigor el 1 de julio de 1988. Se trataba de descentralizar la gestión municipal, de reconocer en términos administrativos hechos territoriales diferenciados y de optimizar los servicios municipales. Ello condujo a aumentar los distritos a veintiuno, mientras se mantenía el número de barrios en ciento veintiocho. La nueva división completa el sistema de coronas en torno a la central: se separan Usera de Villaverde y el Puente de Vallecas de la Villa. En cuanto a los límites de distritos y barrios, se hace un esfuerzo por atenuar el efecto barrera de las vías férreas, aunque no se sigue del todo. El ferrocarril sigue, sin embargo, sin vertebrar el territorio: sólo la prioridad concedida en los últimos años del siglo a la red ferroviaria de cercanías y la construcción del Metrosur están consiguiendo reducir los efectos frontera que a lo largo de todo el siglo han supuesto las infraestructuras.


Fuente de la primera versión: Artículo de la Madrid Siglo XX. Enciclopedia, autor Josefina Gómez Mendoza