El crimen de la calle de la Montera
En la noche del 6 de octubre de 1849 aparecieron dos hombres muertos en el número 56-58 de la calle de la Montera. Uno de ellos el sastre José Lafuente, murió estrangulado en su propio domicilio, en el segundo piso y el otro, del que jamás se supo su identidad, había caído por la ventana al patio muriendo a causa de las heridas recibidas y del impacto del golpe. Fueron acusados del doble crimen la criada del sastre, Clara Marina y su hermano Antonio Marina que, sin tener realmente pruebas contra ellos ni tampoco el móvil del crimen, fueron ejecutados veinticinco días más tarde. Influyó en su rápido proceso y ejecución la opinión pública de los periódicos quienes afirmaban que estos crímenes eran demasiado frecuentes y en los que casi siempre la culpable era «una criada desleal y traidora».