Emblema de Madrid
De la primera divisa o emblema de Madrid, nos da noticia López de Hoyos. En él aparecía una piedra de pedernal sumergida parcialmente en agua y dos eslabones de hierro entrelazados y frotando el pedernal haciéndole brotar chispas. El conjunto está orlado con una cinta en la que aparece estampada la siguiente inscripción: "Sic gloria labore", completada con la siguiente leyenda:
«Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, esta es mi alcurnia y blasón».
La frase es una alusión al nacimiento de la Villa, refiriéndose a los terrenos en que se asentó. La importancia de las de aguas subterráneas de que disponía Mayrit dio lugar a que lo tomasen como emblema. Se dice que por entonces Mayrit era una población rica en aguas subterráneas y arroyos. Estaba rodeada de montes y bosques que garantizaban la caza y el suministro de leña, y que la protegían de los rigores del frío de la meseta, manteniendo la humedad y resguardándola de los vientos.
La segunda parte del emblema se refiere a la primera muralla de nuestra ciudad. Siendo el suelo de Madrid arenoso, el material duro más próximo que se encontraba era la piedra de pedernal o sílex, abundante en Vallecas y Vicálvaro. Con ella se construyó la muralla árabe, de la cual, podemos contemplar un trozo en la cuesta de la Vega. El pedernal, al ser golpeado con un eslabón de hierro despide chispas, de ahí la segunda parte del emblema: «mis muros de fuego son».
En la plaza de Puerta Cerrada, para tapar una fea medianería, se pintó a principios de los años ochenta del siglo XX el emblema de Madrid.
