Iglesia de la Buena Dicha
El Hospital de la Buena Dicha se funda en 1594 en la calle de Silva en Madrid por Fray Sebastián Villoslada, abad de la parroquia y monasterio de San Martín, de la que dependerá. Instituye una hermandad de misericordia dirigida por doce sacerdotes y sesenta y dos seglares para atender a los pobres de la parroquia, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción o de la Buena Dicha, por lo que se la conocerá como la Hermandad de la Buena Dicha. La entrada principal daba a la calle de Libreros y en la trasera se encontraba un pequeño cementerio, el Cementerio de la Buena Dicha.
Durante los hechos del Levantamiento del 2 de mayo de 1808 atiende a muchos de los heridos, y en él son enterrados varios de los héroes del levantamiento como Manuela Malasaña y Clara del Rey.
A finales del siglo XIX, tanto el cementerio como el hospital fueron derribados. En su lugar el arquitecto Francisco García Nava levanta, con el patronazgo de los Marqueses de Hinojales, entre 1916 y 1917, la actual Iglesia de la Buena Dicha. El exterior destaca por la mezcla de estilos gótico, mudéjar e incluso nazarí. En el interior se encuentra la capilla de la Virgen de la Misericordia, que tiene un grupo escultórico realizado en la primera mitad del siglo XVII.
El edificio sufre daños durante la Guerra Civil Española por lo que debe rehabilitarse. En 2003 la comunidad de Madrid realiza obras de rehabilitación del edifico.
La parroquia se encuentra bajo la administración de los Padres Mercedarios, siendo su dirección actual la Calle de Silva, 25.