Leopoldo Torres Balbás
Leopoldo Torres Balbás nació en Madrid el 23 de mayo de 1888. Era hijo del ilustre geógrafo don Rafael Torres Campos, que influyó mucho en su formación, pues también su hijo tuvo algo de geógrafo, de viajero por España, estudiando sus monumentos y obras de arte. Posiblemente su progenitor influyó en que el hijo estudiara arquitectura, cuyos estudios cursó brillantemente, obteniendo el título de arquitecto el año 1916.
En aquella época no existía el Colegio de Arquitectos pero sí un organismo titulado Sociedad Central de Arquitectos, en cuya revista publicó el joven arquitecto numerosos trabajos sobre la arquitectura de aquella época, recensiones de libros y estudios de monumentos.
En marzo de 1923 fue nombrado arquitecto-conservador de la Alhambra. Entre 1923 y 1936 se ocupó con talento y actividad de este notable monumento de la arquitectura nazarí. Después de arquitectos decimonónicos como Contreras y Cendoya, de meritoria labor pero que no estaban ala altura de los nuevos criterios científicos en materia de restauración, hacía falta un arquitecto estudioso, serio y competente que se ocupara de tan extraordinario monumento. Su labor en la Alhambra fue fundamental para restituir el monumento a su plena significación y perfecta conservación. No sólo restauró arquitectura, sino que creó arquitectura con gran honestidad y sensibilidad, como puede verse en los jardines del Pañal y en algunas pequeñas obras debidas a su propia minerva.
Don Leopoldo Torres Balbás, hijo predilecto de la Institución Libre de Enseñanza, creía, por encima de todo, en la educación del pueblo y por eso su vocación pedagógica le hizo aspirar a la cátedra de Historia del Arte en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Ganó ésta por oposición, en el año 1931, y desde entonces se entregó a ella hasta la fecha de su jubilación en 1960. De aquí parte mi estrecha vinculación a don Leopoldo. Me conoció como alumno y me distinguió hasta el punto de convertirme en auxiliar de su cátedra.
La Guerra Civil le sorprendió cuando viajaba con un grupo de alumnos por la provincia de Soria y la circunstancia fue providencial, pues si la guerra le hubiera sorprendido en Granada, dado el círculo progresista en el que se movía, lo hubiera podido pasar muy mal. Al hallarse desplazado en Soria se ocupó de dar clases de Historia de España en el Instituto de Segunda Enseñanza de aquella ciudad.
Era tal la vocación suya por la actividad intelectual, que cuando su cátedra y la enseñanza no ocupaban su tiempo, investigaba en bibliotecas, archivos y escuelas, como la famosa Escuela de Estudios Árabes, donde permaneció hasta su muerte. En esta Escuela de Estudios Árabes, denominada luego Instituto Miguel Asín, fui a verle muchas veces y fui testigo de aquel accidente que fue el origen de su muerte. Un día de noviembre de 1960 se trasladaba desde su casa en la calle de Viríato hasta el instituto en la calle de la Palma y al cruzar los bulevares le atropelló una pequeña moto, acaso una vespa, derribándole al suelo. Se levantó y fue a una farmacia próxima donde le hicieron una cura de urgencia. Parecía que no era nada y siguió andando por su pie hasta el Instituto Miguel Asín. Al día siguiente, en su casa, tuvo un derrame cerebral y murió en el acto. Era el 21 de noviembre de 1960, por lo tanto vivió setenta y dos años de una de las vidas más fructíferas que uno ha conocido. La última vez que le vi fue en el depósito de cadáveres de la calle de Santa Isabel. Mucho más podría decir de don Leopoldo Torres Balbás. Pero esta publicación exige unas limitaciones que yo no puedo transgredir.
Referencia[ ]
- CHUECA GOITIA, Fernando. Leopoldo Torres Balbás, en Enciclopedia Madrid S.XX
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
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