Luisa Roldán
Luisa Ignacia Roldán de Mena, llamada la Roldana, nació en Sevilla el 8 de septiembre de 1652 y fue la primera y única mujer que llegó a ser escultora de corte.
Biografía[ ]
Hija del escultor Pedro Roldán, comenzó su formación en el taller paterno junto a sus hermanas María y Francisca. Allí aprendió el tallado en piedra y madera, el modelado en barro y la encarnación de las figuras.
Luisa destacó a lo largo de su vida por su tenacidad, la cual demostró en fechas tempranas al casarse con el aprendiz de su padre sin el consentimiento de éste. Roldán la llevó incluso a los tribunales, pero nada pudo hacer, y el matrimonio se celebró el 25 de septiembre de 1671. Este hecho marca un punto de inflexión en su vida, ya que después de la boda decide abrir su propio taller. Ella será la maestra que realiza la mayor parte de los encargos, mientras Antonio de los Arcos, su marido, se dedica principalmente al policromado de las imágenes.
Entre 1684 y 1688 reside en Cádiz, donde realizará diferentes obras para el cabildo y conventos de la ciudad. En 1688 se traslada con su familia a Madrid, con la intención de convertirse en escultora de cámara. Por encargo real esculpe al arcángel San Miguel venciendo al demonio (actualmente, en el monasterio de El Escorial, gracias al cual obtuvo de Carlos II el nombramiento de escultora de cámara el 15 de octubre de 1692.
Este nombramiento le dio fama y prestigio, pero la gran crisis que atravesaba España hizo que los pagos de la corona se retrasaran, llegando a tal extremo que apenas si tenían donde vivir. Tras varias cartas sin respuesta al rey reclamándole los pagos, escribió a la reina doña Mariana “que por estar pobre y tener dos ijos lo pasa con gran estreches pues muchos dias le fata para lo preciso del sustento de cada dia y por ser mas precizada a pedir a vuestra Majestad se tenga por serbida mandar se le de una ración de especies para que tenga su nesecidad algun alibio”. La reina efectuó parte de los pagos atrasados y le cedió unas habitaciones en un ala de palacio sin uso.
Este pago no resolvió sus problemas, ya que poco después muere Carlos II el 1 de noviembre de 1700. Nombrado Felipe de Anjou nuevo rey de España, le solicita su antiguo cargo, y aunque le fue concedido, con el apoyo del marqués de Villafranca, no significó una mejora de su economía: continuaron los impagos, que finalmente la llevaron a la ruina.
A partir de 1704 no se tienen más noticias de la escultora, por lo que se supone la fecha de su muerte.
Obras[ ]
A pesar de la gran información biográfica existente sobre la Roldana, es poca la documentación conservada relativa a su trabajo. Su primera obra fechada data de 1684, un Ecce Homo para el convento de los carmelitas de Cádiz (conservado actualmente en la catedral de esta ciudad). En esta ciudad se conservan también las imágenes de San Servando y San Germán, patrones de la ciudad, encargadas por el cabildo de la catedral.
Respecto a los trabajos que hiciera para palacio, nada sabemos, excepto el citado San Miguel y el Nazareno de Sisante (Cuenca), que fue un encargo de Carlos II para regalar al Papa Inocencio IX.
También realizó varias figuras para belenes, aunque la mayoría de las que se conservan no están firmados y se le atribuyen por razones de estilo.
Estilo[ ]
El estilo de Luisa Roldán es deudor del aprendizaje en el taller paterno, sin embargo sus obras están más cargadas de dramatismo, tanto por las expresiones, más intensas, como por el movimiento de las vestiduras y cabellos.
La escultora destacó por las figuras de pequeño formato realizadas para belenes. La mayoría de los que se conservan no cuentan con la autoría certificada, pero se pueden adscribir a su estilo. De esto se deduce la gran influencia de la Roldana en este tipo de escultura. El modelo que se seguirá en la España del XVIII estará muy influenciado por los grupos exportados de Nápoles, pero cuentan con características de la obra de la Roldana, como la realización de la figura de una sola pieza, sin el añadido posterior del vestido de los napolitanos.