Madrileñas de cine y teatro

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A principios del siglo XX el teatro constituía la actividad cultural y social por excelencia. En Madrid se centralizaban los más sonados estrenos, las salas más famosas, las figuras más populares. Entre las actrices madrileñas de renombre destaca María Guerrero (1867), que tuvo compañía y teatro propios y supo evolucionar con los tiempos, adaptando su estilo y sus montajes a los gustos del nuevo siglo. También hizo películas, aunque sin conseguir revalidar en este terreno sus éxitos teatrales.

El cine, más barato y con horarios flexibles, consiguió, en poquísimos años, suplantar al teatro entre las clases populares de Madrid.


Antes de la Guerra Civil destacaron: Milagros Leal-madre de Amparo Soler Leal-, Pilar Muñoz, Concha López Silva, Amelia Muñoz, María Luz Callejo, Luchy Soto, Mary Delgado, Matilde Muñoz-madre de Pilar y Juan Antonio Bardem-. Destacamos por su singular trayectoria, a Rosita Díaz Gimeno (1911). Estudiaba Medicina (lo cual era excepcional para una mujer) y Música cuando decidió dedicarse al teatro. Pero pronto centró su carrera en el cine. Se transladó a París durante algunos años para realizar las versiones en castellano de las películas norteamericanas. En España rodó con los más destacados directores de los años treinta. También actuó en Hollywood. Cuando la sublevación de julio de 36, Rosita rodaba exteriores en Córdoba. Negrín, con quién mantenía amistad, la llamó al saber que la ciudad había caído en manos de los fascistas. Esto bastó para que la detuvieran. Liberada mediante canje de prisioneros, puedo escapar a Francia, desde donde marchó a México. Allí rodó varias películas. Se casó con el hijo de Negrín y, finalmente, ambos se instalaron en Estados Unidos.

Amparo Rivelles (1925), María Dolores Pradera (1924)-que fue actriz antes que cantante-, Elena Salvador (1927), María Rosa Salgado (1929), Nati Mistral (1928), Gracita Morales (1929), Asunción Sancho (1930), Encarna Paso (1932), Emma Penella (1931-2007) y su hermana Terele Pávez (1939), Chus Lampreave (1930), Marisa de Leza (1933), Viky Lagos (1933), María Teresa Blasco (1938), Lina Canalejas (1932), Susana Canales (1933), Irene Gutiérrez Caba (1927), Julia Gutiérrez Caba (1932), Esperanza Roy (1935), Amparo Soler Leal (1939)-fundadora del Grupo de Teatro Realista-, son algunas de las madrileñas que triunfaron en la posguerra y en los cincuenta y sesenta.

Mención destacada por su polifacética actividad merece Ana Mariscal (1923). Dejó sus estudios en Ciencias Exactas por el teatro y llegó a tener su propia compañía. Atraída también por el cine, se lanzó no sólo a la interpretación sino a la realización. Creó, junto con su marido, la productora Bosco Filmes. Su carrera y su aportación al cine y al teatro han sido, pues, excepcionales, sobre todo si los situamos en aquellos años tan hostiles con las mujeres en general y más en particular con las que osaban adentrarse en terrenos considerados como poco femeninos.

Las madrileñas nacidas en los años cuarenta y cincuenta iniciaron sus carreras en los últimos años del franquismo y actualmente están en plena madurez artística. Es una generación que ha vivido la transición a la democracia y los importantes logros conseguidos por el feminismo. Algunas de ellas tienen un origen muy popular y podemos decir que se han hecho a sí mismas. Muchas gozan de renombre internacional. Son mujeres que participan activamente en la vida cultural española.

Así, Marisa Paredes (1946) que, además de actriz de reconocido prestigio, fue la presidenta de la Academia de Artes Cinematográficas y Audiovisuales.

Carmen Maura (1945)ha conseguido igualmente fama internacional. Ha sido galardonada con tres Goyas, una Concha de Oro, el premio del Círculo de Escritores Cinematográficos, el premio a la Mejor Interpretación Femenina en el Festival de Venecia, dos Félix a la Mejor Actriz Europea del año. Ha sido condecorada por el Gobierno francés con la orden de Caballero de las Artes y las Letras. En 2000 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Tampoco es posible olvidar a Ana Belén, nacida en Lavapiés en 1951. Niña prodigio que supo, con los años, no sólo mantener sino agrandar su talla y compaginar su carrera de actriz y cantante. En 1991 dirigió su primera película, Cómo ser mujer y no morir en el intento.

Victoria Abril (1959), por su parte, tiene también una carrera de proyección internacional y ha conseguido un Goya, un Oso de Plata en Berlín y un César en Francia.

Por lo que respecta a Verónica Forqué (1953) es preciso señalar que ha logrado llegar a lo más alto sin tener un físico imponente y con papeles cómicos. Lo cual constituye un caso excepcional para una mujer. Su trabajo ha sido reconocido con múltiples premios, entre los que cabe mencionar cuatro Goyas.

De esta generación forman parte también Rocío Durcal (1945), Tina Sainz (1945), María Luisa San José (1946), Fiorella Faltollano (1950) o Ángela Molina (1955).

Entre las actrices posteriores destacamos a Pastora Vega (1960), Emma Suárez (1964), Ana Torrent (1966), Maribel Verdú (1970), Penélope Cruz (1974).

Además de las directoras arriba citadas, hemos de nombrar a Azucena Rodríguez (1955), Gracia Querejeta (1962), Mónica Laguna (1964) e Icíar Bollaín (1968)-también excelente actriz-.

Madrileñas son igualmente algunas conocidas guionistas como Natividad Zazo (1905), Esmeralda Adam (1938) o Yolanda García Serrano (1958).

Y no debemos olvidar que en 1996 la Academia concedió la Medalla de Oro del Centenario del Cine Español a la montadora Petra Nieva (1917).

Por su parte, Carmen Sarmiento es una de las más veteranas y prestigiosas realizadoras de televisión. Impulsada por su feminismo militante y su conciencia social, ha trabajado durante años en contra de las tendencias mayoritarias de este medio de masas para sacar adelante series documentales tan emblemáticas como Los Marginados, Mujeres de América Latina y Los Excluidos.

Acabaremos este brevísimo recorrido con la figura de Pilar Miró (1940). Fue una de las pocas mujeres que consiguieron entrar en la Escuela Oficial de Cinematografía. Dirigió varias óperas y alcanzó merecido renombre como directora de cine. Fue, además, directora general de Cinematografía del Ministerio de Cultura desde el 1982 hasta el 1985 y directora general de Radiotelevisión Española desde 1986 a 1989. Mujer de gran carácter, tuvo que lidiar desde siempre con duras oposiciones. Recordemos qeu estuvo procesada dos veces, una como realizadora de El Crimen de Cuenca y otra en tanto directora general de Radiotelevisión Española.

Fuente de la primera versión: Artículo de la Madrid Siglo XX. Enciclopedia, autor Pilar Aguilar Carrasco