Palomeras
Decir Palomeras, más allá de describir un barrio del sur vallecano, enuncia la más nítica fotografía de una realidad social: resulta ser rasgo emblemático de un modelo económico, social, de crecimiento urbano, de participación y cambio, en la ciudad de Madrid.
Consolidado Vallecas a lo largo del siglo como un suburbio adosado al casco madrileño, se toma en espacio receptor de mano de obra barata que no puede asentarse en el ensanche urbano. Palomeras emerge de una particular rosa de los vientos: en los años cincuenta la operación centralista de hacer de Madrid la capital del capital, conlleva un proceso inmigratorio vertiginoso que entre 1950-1970 supone un crecimiento poblacional del 423% en el distrito, el núcleo de Las Palomeras (altas, bajas, nuevas...) cuenta con un 50,3% de población emigrada (de origen castellanomanchego, andaluz y extremeño), una huida desesperada desde el mondo rural, buscando un lugar al sol de un desarrollo inducido en la España de la autarquía.
Denso hasta saturarse el Puente de Vallecas, las miradas se dirigen al entorno: Madrid prepara su despegue metropolitano y anexiona municipios limítrofes, Vallecas aporta un acceso fácil a través del metro, un abundante suelo vacante, en un marco de déficit urgente de viviendas para alojar la marea migratoria (preludio de conflictos sociales), claves que orientan a la administración a reparar en este extrarradio, ya con operaciones de vivienda social (absorción, mínimos, dirigidos...), ya guiando a los más desamparados a levantar asentamientos chabolistas, favorecidos por una estructura fragmentada del suelo que, facilita parcelaciones mínimas, a través de ventas ilegales de suelos rústicos por promotores-mercaderes, ante la tolerancia de las administraciones con los vendedores del anillo verde y con los que levantan su infravivienda ayudados por sus vecinos y la complicidad de la noche.
Palomeras fue un mar de humildes casas bajas, un improvisado poblachón de más de 12.000 chabolas. Carencias, identidad y articulación social, explican la aparición ya en los años sesenta de comisiones y plataformas de barrio, germen de las futuras asociaciones vecinales. Solidaridad y participación fueron las armas frente a la especulación legal que con los suelos ya calificados de urbanos amenazaba la permanencia de los vecinos de Palomeras. Movilización y protagonismo social llevaron el proceso de cambio, haciendo posible un nuevo barrio remodelado con una singular dimensión de 14.000 viviendas y sus correspondientes equipamientos.
Referencia[ ]
- DENCHE, Concha. Palomeras, en Enciclopedia Madrid S.XX
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
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