Pedro de Répide
Pedro de Répide Gallegos (Madrid, 1882 - 1947), escritor, periodista y madrileñista español.
Biografía[ ]
Cursó Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central y ya antes de cumplir diecinueve años publicó un libro de versos, Las canciones.. En París completó sus estudios en la Universidad de la Sorbona y prestó sus servicios como secretario particular y bibliotecario de Isabel II. Durante su estancia en París recibió en 1900 el primer premio del diario El Liberal por su libro La enamorada indiscreta. En 1904, al morir ésta , volvió a Madrid y se dedicó al periodismo. Fué, en 1919, uno de los fundadores de La Libertad y redactor de El Liberal, colaborador de Blanco y Negro, La Esfera, Nuevo Mundo, El Cuento Semanal, Los Contemporàneos, La Novela de Hoy, El Libro Popular, La Novela Corta... En 1936 se pasó al Informaciones, hasta que estalló la guerra civil. Répide adquirió fama sobre todo como gran conocedor del casticismo, y de los tipos populares del Rastro, Lavapiés y Chamberí. Por ello, en 1923, recibió el título de Cronista Oficial de la Villa de Madrid.
Obra[ ]
Toda su obra se consagró a hacer la crónica de la vida madrileña y apenas cultivó otro tema, salvo una biografía, Isabel II, reina de España, que en el fondo sirve de pretexto igualmente para evocar fiestas, ceremonias y rincones de Madrid. Muchas de sus obras están publicadas primero por entregas en diversos periódicos y revistas.
El 3 de mayo de 1921 inició Pedro de Répide la publicación de una serie de artículos bajo el epígrafe "Guía de Madrid", en el diario La Libertad, interesantes, documentados, con buen humor y un apasionado amor a la capital española. La serie se publicó sin pausa hasta el 4 de octubre de 1925. A partir de esta fecha, y hasta el 15 de noviembre de 1925, publicó un apéndice con la nuevas calles rotuladas durante el periodo de los cuatro años transcurridos desde la iniciación de la serie.En todos sus comentarios ponía un punto amable pero si, a su querida ciudad, alguien osaba afearla de forma gratuita, su irritación alcanzaba cotas indescriptibles.
Además de los artículos comentados, escribió también Costumbres y devociones madrileñas, Del Rastro a Maravillas, Chamberí por Fuencarral, El Madrid de los abuelos, Isabel II, Alfonso XII, Del Mar Negro al Caribe, La Rusia de ahora, y además no pocas novelas de un costumbrismo entre decadente y modernista: El solar de la bolera, Noche perdida, Cuento de viejas, Los cohetes de la verbena, El maleficio de la U, El agua en el cestillo, No hay fuerza contra el amor, Cartas de azafatas, La enamorada indiscreta, Un conspirador de ayer, La negra, Los pícaros de Amaniel, La torre sin puerta, Del rancio solar, Los espejos de Clío, Jardín de princesas, La llave de Araceli, La desazón de las Angustias... En verso publicó Las canciones (1901) y Estampas grotescas.