Perro Paco
El perro Paco fue un peculiar perro que asistía a las corridas de la plaza de toros que hubo en la avenida de Felipe II, a las que era muy aficionado Era un perro callejero de pelo negro y áspero que apareció entre 1879 y 1882 llegando a ser popularísimo. Asistía a los teatros, cenaba en los restaurantes de moda, se colaba en los cafés y dormía en las cocheras de la calle Fuencarral. Se dice que fue bautizado con este nombre con un chorro de champán sobre la cabeza por el marqués de Bogaraya cuando se acercó a la mesa de éste en el Café Fornos. Era el día de la festividad de San Francisco de Asís.
En la tarde del 21 de junio de 1882 el perro Paco se fue a los toros, pero no se conformó con ver la novillada desde la barrera sino que saltó al ruedo antes de que el torero matase al toro. El diestro quiso apartar al perro pero le hirió gravemente con el estoque. Paco fue atendido por dos veterinarios en la enfermería de la plaza. Se dieron partes cotidianos para mantener informado al público que se interesaba por el estado de Paco. Cuando murió su muerte fue muy sentida entre aquellos que le conocían y comentadísima en la prensa durante varios días. Se dice que hasta Alfonso XII envió su sentido pésame al marqués. Paco fue disecado y por un tiempo expuesto en un pequeño museo taurino que hubo en la calle Alcalá esquina a la de la Fuente del Berro, hasta que se cerró en 1889. El dueño del museo decidió entonces enterrarlo en el Retiro. En 1920 alguien propuso levantarle un monumento. Cuando se consiguió recaudar a los pocos días un total de 2.900 pesetas -que eran muchas para aquella época- el que propuso la idea desapareció con el dinero y nunca más se supo de él.