Plaza de Toros de la puerta de Alcalá
Las primeras plazas eran de madera y desmontables. Se situaron a las afueras de la puerta de Alcalá. La primera de ellas fue montada en 1739 por el convento de Atocha para obtener dinero para desmontar el cerrillo de San Blas. Era de madera y estaba situada más o menos frente al comienzo de la futura calle de Velázquez. Tenía unos cincuenta metros de diámetro y una capacidad aproximada de 10.000 espectadores.
En 1743 fue sustituida por una nueva plaza, igualmente de madera, situada más cerca de dicha puerta de Alcalá, a la altura de Serrano y Claudio Coello, en terrenos del antiguo Quemadero de la Inquisición. Tenía una capacidad de unos 10.000 espectadores y un diámetro y aforo similares. En 1749 se rodeó de una pared de cal y canto aunque los tendidos seguían siendo de madera. La fachada exterior era de mampostería enfoscada sin ninguna decoración. En ella se abrían varias puertas y ventanas.
Fue la primera plaza de toros estable de Madrid. Tenía un aforo de 12.000 espectadores que disminuyó en 1833 con la reforma de sustitución de las gradas de madera por piedra. Duró hasta 1874 en que fue derribada para poder construir en su lugar el Barrio de Salamanca. La plaza de toros se inauguró con los diestros José Leguregui el Pamplonés, Juan Esteller el Valenciano y Antón Martínez.