Plaza de las Descalzas
Toma su nombre del convento que se encuentra situado en este espacio y que es el principal monumento. Este lugar constituyó en el siglo XIII el centro del antiguo arrabal de San Martín, en la segunda ampliación del antiguo Madrid. Aquí y delante del edificio del monasterio se proclamó en diversas ocasiones a los reyes y se aclamó a los príncipes de Asturias, alzando para la ocasión un tablado y un dosel.
En el siglo XVII la plaza estaba constituida en cada uno de sus lados por la iglesia de San Martín cuya portada principal daba al postigo de San Martín, la casa del secretario Muriel y en su frente meridional por la gran fachada del monasterio que se unía por un arco con las casas de Juan de Borja (mayordomo mayor de María, la viuda emperatriz de Austria). Este edificio fue destruido en 1724 para construir el nuevo Monte de Piedad creado por el capellán del monasterio, Francisco Piquer.
Más allá del arco existía otro edificio, obra del arquitecto Monegro, que servía como vivienda de los capellanes y como Casa de la Misericordia para 12 sacerdotes pobres. El lado norte de la plaza se cerraba con las casas del marqués de Mejorada y del duque de Lerma. Todos aquellos edificios eran de aspecto severo, con fachadas de color tostado. A partir de la llegada de Napoleón y durante los años posteriores (exclaustración y reformas), aquellos inmuebles fueron derribados unos y alterados otros, salvo el monasterio, que perdió parte de su extensión pero llegó casi intacto a nuestros días.
En el siglo XIX se colocó en medio de la plaza la fuente de la Mariblanca que estuvo con anterioridad en la Puerta del Sol y que hoy se encuentra en el interior de la Casa de la Villa, (en la Puerta del Sol hay una réplica en la actualidad). Hoy pueden verse dos estatuas, una en bronce dedicada a Francisco Piquer en homenaje a su obra de creación del Monte de Piedad, obra de José Alcoverro y la otra dedicada a Joaquín Vizcaino, el marqués de Pontejos, obra de Medarno Sanmartí.