Revista España y el cambio de guardia
Los hombres del 98 no tuvieron propiamente una revista que les acuartelara y desde la que pudieran emprender su tan deseada regeneración moral de España. Escribieron en muchas, todas ellas, por supuesto, en Madrid, como Alma o Revista Nueva, pero estaban al cuidado de otros. La generación que estaba llamada a suceder a la del 98, la que el propio Ortega y Gasset, ideador de la teoría de las generaciones, y que iba a encabezar la suya, la generación del 14, tuvo a su disposición una y muy buena revista para esa tarea de sacar adelante la España que los anteriores había dejado sin regenerar. Y la titularon precisamente España. Era a un tiempo revista de literatura, de política y de ideas nuevas. También se fundó y se tiró en Madrid. El primer número salió en plena guerra mundial, en enero de 1915. Se definía como un «semanario de la vida nacional» y la nómina de sus redactores en Madrid y sus colaboradores en provincias agrupaba a toda la intelectualidad española. Entre los primeros estaban el propio Ortega, Baroja, Maeztu, Pérez de Ayala, Zulueta, Eugenio d'Ors, Gregorio Martínez Sierra (o lo que es lo mismo, su mujer, que fue quien le escribió todos los textos que llevan su firma) y Juan Guixé. Entre los segundos tuvo a Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez, Azaña, Manuel B. Cossío, Azorín, Benavente, Moreno Villa, Machado, Unamuno... La revista que, con aspecto de periódico ilustrado, contaba igualmente con un plantel extraordinario de artistas pintores que contribuyeron a hacer de ella algo más ameno que los áridos periódicos de entonces, de Romero de Torres a Ricardo Baroja, del entonces celebradísimo Bagaría a Julio Antonio, Néstor o Marco, ilustrador primero del Platero y yo. Fue en cierto modo la revista que la generación del 98 no pudo tener (y en ella se solventaron muchos de los temas morales, literarios y políticos que les preocupaban) y la que la generación del 14 no hubiera podido hacer con sus solos medios, con su solo prestigio, que empezaba.
Como en pocas publicaciones, y a menudo con más vivacidad que en los libros, leer hoy los cientos de números que se publicaron (era semanal su periodicidad, y apareció hasta 1923) es adentrarse en la complejidad de pensamiento de la España de entonces por el lado de la preocupación más social de los viejos institucionistas o por los tirabuzones meramente artísticos de los más estetas, como Valle o Pérez de Ayala. Cuando la generación de 1915, con su jefe de filas a la cabeza, Ortega y Gasset, hubo de pasar el testigo a los nuevos, la que se denominaría generación del 27, hizo una bonita frota. Cerró el semanario España, fundó, dirigido ya por Ortega, un órgano nuevo de expresión y poder, que llamó Revista de Occidente, y lo puso al servicio de la nueva generación del 27, como antes había puesto España al servicio de la del 98. Pero teniendo él las riendas de tal empresa.
Referencia[ ]
- TRAPIELLO, Andrés. Revista España y el cambio de guardia, en Enciclopedia Madrid S.XX
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
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