Romería de San Antón
Se celebra el 17 de enero.
Había un dicho popular que decía "Hasta San Antón, Pascuas son", que quería decir que las fiestas de Navidad se prolongaban hasta San Antonio Abad, o San Antón, como se le conoce en Madrid al santo nacido en Egipto. Esta era la primera romería del año. Es costumbre en esta fecha entregar a todos los que acuden a la iglesia de San Antón un panecillo. Esta tradición deriva de la costumbre de los pintores de representar el encuentro que tuvo entre San Antón y San Pablo Ermitaño y un cuervo, con un pan en el pico, acudiendo a alimentar a los dos santos. Los llamados panecillos de San Antón también le son entregados cada año al rey, al alcalde y al arzobispo. La tradición manda que hay que guardar un panecillo para el año siguiente con una moneda debajo para que no falte el dinero durante todo el año. El que los panecillos duren de un año para otro es debido a están hechos con una fórmula muy antigua, egipcia o árabe, que permite que se puedan conservar durante meses sin que se echen a perder, algo lógico para poder ser consumidos en largas travesías por el desierto.
En algunas de las representaciones de San Antón aparece también con la figura de un cerdo, que simboliza las tentaciones del demonio que San Antón venció en el desierto. Aunque el simbolismo se perdió, el cerdo so convirtió en uno de los tantos animales que rodearon al santo a lo largo de su vida. De ahí deriva la celebración del "rey de los cochinos". El día de San Antón era costumbre coronar a un cerdo que era escogido en una carrera de cerdos que se celebraba en el cerrillo de San Blas, al cual se llevaba en solemne procesión hasta la ermita de San Antonio (situada donde hoy está la estatua del Ángel Caído en el Retiro). Allí el dueño del cerdo era coronado como el "rey de los cochinos" Y finalmente se dirigían a la iglesia de San Antón, en la calle de Hortaleza, donde todos los animales y bestias recibían la bendición de los frailes.