Virgen del Milagro

La Virgen del Milagro o Nuestra Señora del Milagro pertenecía a un ermitaño valenciano, muy apreciado por su santidad, quien al morir dejó la imagen a doña Leonor de Borja, hija de los duques de Gandía, quien la colocó en el altar de su capilla. Cierto día en que ella se hallaba rezando junto al padre Francisco Fabro ante la Virgen, ésta abrió los ojos ante la petición del padre permaneciendo así para siempre, y de ahí su nombre. Posteriormente la imagen pasó a su hermana Sor Juana de la Cruz, que profesaba en el convento de clarisas de Gandía y que, al venir a Madrid, al convento de las Descalzas, se la trajo consigo. Debe su nombre a la cantidad de enfermos que encomendándose a ella han sanado.

Este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, publicado por Ediciones La Librería, autorizada su inclusión en Madripedia bajo licencia Reconocimento-CompartirIgual