Plaza de Isabel II
Entre las calles de Arrieta, Campomanes, Caños del Peral, Arenal, Escalinata y Vergara.
Esta era la antigua plaza de los Caños del Peral, que estaba entre las desaparecidas calles de San Bartolomé, Tintes, subida de los Caños y Juego de la Pelota. Según el profesor Montero Vallejo, en el siglo XIV este lugar era conocido como "a las fuentes", o "afueras de la puerta de Balnadú" y consistía en «una honda y quebrada extensión, aprovechada al principio para cereal (...), y con algún huerto; las múltiples corrientes que la surcaban -hontanillas- concedieron denominación al lugar». Así, en el siglo XV se conocía la zona como el Barranco de Hontanillas.
Cuando se formó la plaza tomó el nombre Caños del Peral por la fuente así denominada y sus diecisiete pilas de lavar que se encontraba situada a la derecha de la plaza, según se baja por la calle del Arenal. En agosto de 1991, en las obras de modernización del metro de Ópera, se encontró intacta, detrás de un andén, la citada fuente que había sido construida en el siglo XVII sustituyendo a la primitiva. Se propuso en su día exponerla al público en su mismo emplazamiento, cosa que no se hizo entonces y que se ha hecho en la remodelación de 2011, lo que sirve para darnos una idea de la profundidad que tenía la antigua plazuela, cuya hondonada puede apreciarse todavía en el desnivel de la calle de la Escalinata.
La plaza de los Caños del Peral desapareció a principios del siglo XIX para dar lugar a una de mayores dimensiones bautizada con el nombre de Isabel II en 1835. Para su construcción hubo que rellenar la antigua plaza de los Caños del Peral y la contigua plazuela del Barranco -justo al final de la calle del Arenal- con muchas toneladas de tierra para evitar que siguiera siendo un barranco de ocho metros de profundidad. La nueva plaza absorbió la antigua calle de San Bartolomé y las plazuelas del Barranco y de Garay Gallo o del Espejo, así como el llamado puentecillo de los Caños del Peral. La calle de San Bartolomé procedía de la calle del Espejo y desembocaba en esta plaza a través del citado puentecillo de los Caños del Peral, situado en la plazuela de Garay. Este puente salvaba el gran desnivel que había entre la plaza y las calles que accedían a ella. Dicho desnivel dio lugar a que la calle de San Bartolomé fuera conocida también como Alza Piernas, Quebrantahuesos o Quebrantapiernas, debido a lo peligrosa que resultaba transitar por ella. Con la nueva plaza el puente de los Caños del Peral se sustituyó por la escalera y la rampa de la calle de la Escalinata que todavía podemos ver.
Durante la revolución de 1868 la plaza recibió el nombre de Prim, recuperando poco después el de Isabel II. Durante la Segunda República se denominó plaza de la Ópera, porque el Teatro Real fue en origen Teatro de la Ópera. En 1936 cambió de nuevo de nombre por el de Fermín Galán (1899-1930), el capitán que junto con el teniente García Hernández se alzaron en 1930 en Jaca contra la monarquía, siendo fusilados por traidores. En 1941 recuperó su nombre de Isabel II, aunque popularmente se le sigue llamando plaza de Ópera.
Desde 1850 se halla en el centro de la plaza la estatua de Isabel II, obra de José Piquer.
