Bartolomé Manuel Cossío
Manuel Bartolomé Cossío (Haro, La Rioja 1857 - Collado Mediano, Madrid, 1935) estudió en la Universidad de Madrid y allí conoció a Giner de los Ríos, quien desde el primer momento le orientó en cuantas materias el joven discípulo mostraba interés. Pronto entablaron una relación paterno-filial que habría de durar toda la vida. Esa proximidad entre ambos hizo que Cossío conociera desde el primer momento las preocupaciones pedagógicas de Giner y que articulara su carácter profesional conforme a una doble vocación: por un lado, su dedicación a los problemas educativos, a los que se entregó sin reserves; por otro, su inclinación espontanea a los estudios de arte. Lejos de entenderse esta duplicidad de intereses como dos líneas paralelas que nunca se encuentran, Cossío hizo converger ambas y logró demostrar como cualquier actividad del espíritu humano puede convertirse en una obra de arte.
Cuando, poco tiempo después de terminar sus estudios, nació la Insitución Libre de Enseñanza (a raíz del decreto tristemente famoso del ministro Orovio de 26 de febrero de 1875), Cossío se volcó en sus tareas y desde ella desarrolló todo el programa de reformas educativas programadas por Giner. Su larga trayectoria profesional estuvo por entero en función de la Institución: allí proyectó sus propias ideas sobre las reformas y enseñó historia del arte, no sólo en sus aulas sino en toda una serie de centros desde los que intervino el medio institucionista y cuya labor se completa con esas múltiples ramificaciones que constituyen una extraordinaria proyección, no por difusa menos importante. Cossío llevó todas las relaciones de la Institución con centros de educación europeos y a través de esos contactos vio la necesidad de crear en Madrid un Museo de Educación como elemento auxiliar de las reformas que se iban incorporando a la enseñanza. Gracias a su iniciativa, Alfonso XII firmó el decreto de creación del Museo Pedagógico en 1881. El museo inició sus actividades un año después y en seguida Cossío fue nombrado director del mismo. Desde ese puesto emitió toda clase de informes y propuestas, tanto a políticos como a maestros y profesores, y además fue nombrado delegado de España en la Conferencia Internacional de Educación que se celebró en Londres.
Como ha quedado indicado, en ningún momento dejó Cossío la atención a las bellas artes y desde el museo se impulsó la I Exposición de Bordado Popular que se realizó en Madrid y el Taller de Encaje, que cumplió la doble finalidad de formar nuevas encajeras y perpetuar las viejas tradiciones. A partir de la década de los noventa, Cossío presidie la sección de Bellas Artes del Ateneo, al mismo tiempo que daba clases de arte en la Escuela de Criminología, junto a prestigiosos penalistas que querían una reforma de las instituciones penitenciarias. Ala vez que esta incesante actividad, Cossío publicó diversos artículos en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, una historia de la pintura española en una enciclopedia alemana y, en 1908, vio la luz en Madrid su famoso libro sobre El Greco que le granjeó fama internacional. En 1915 murió Giner de los Rios, y Cossío le sustituye en la dirección de la Institución. Se crearon las Misiones Pedagógicas y fomentó el excursionismo como práctica habitual para los escolares. Una larga enfermedad acabó con su vida el 1 de septiembre de 1935.
Referencia[ ]
- COSSÍO, Ana María. Bartolomé Manuel Cossío, en Enciclopedia Madrid S.XX
Este artículo reproduce el capítulo homónimo de la Enciclopedia Madrid Siglo XX, cuyo autor conserva el copyright.
No es un artículo modificable ni está bajo licencias libres. Si eres el autor del mismo y quieres modificarlo, mándanos un correo
