Calle de Embajadores
Entre la plaza de Cascorro y pasada la M-30. El tramo más antiguo y tradicional de la calle es el comprendido entre la plaza de Cascorro y la glorieta de Embajadores y era conocido en un principio como paseo Real de Embajadores. También se denominó calle de la Dehesa de la Villa, porque conducía a la dehesa de la Arganzuela, propiedad de la Villa de Madrid. El origen del nombre es el llamado campo de Embajadores, nombre con que se conoció al lugar donde se retiraron los embajadores de Túnez, Navarra, Aragón y Francia cuando la ciudad se vio afectada por una epidemia de peste. La colonia diplomática se alojó en distintas casas de esta zona permaneciendo incomunicada con la población apestada.
El paseo Blanco era el tramo comprendido entre la glorieta de Santa María de la Cabeza y la plaza de la Beata María Ana de Jesús. Este nombre fue puesto por voluntad popular pasando posteriormente a ser oficial, hasta que recibió el de Embajadores por constituir su prolongación. En 1931, la prolongación de la calle comprendida entre las plazas de la Beata María Ana de Jesús y de Italia, recibió el nombre de Manuel Jáimez recuperando el de Embajadores en 1941.
En el número 2 vivió y murió en 1714 José del Olmo, arquitecto del Rey Carlos II y Maestro Mayor del Ayuntamiento de Madrid. En el 13 de la calle, esquina a la del Oso, se levanta la iglesia de San Cayetano, levantada en 1761 y, en el 53, esquina a la glorieta de Embajadores, la Fábrica de Tabacos, construida en 1790. Entre la travesía de Cabestreros y la calle del Sombrerete estuvo el desaparecido colegio de Nuestra Señora de la Paz, para niñas huérfanas.