Calle de la Colegiata
Entre la calle de Toledo y la plaza de Tirso de Molina. En el primer cuarto del siglo XVII, la actual calle de la Colegiata junto con la acera norte de la plaza de Tirso de Molina y la calle Magdalena, eran conocidas con el larguísimo nombre de Calle que va de la Compañía de Jesús a la plaza de Antón Martín frontero de la Portería de los Carros de la Santísima Trinidad. Esta calle ha tenido entre otros los nombres de San Isidro, Compañía, Compañía del Burro y Burro. Según la tradición, recibió el nombre del Burro por un azulejo que había en los corrales del cercano convento de la Concepción Jerónima y que anunciaba burras de leche. El nombre de San Isidro lo recibió en honor al patrón de Madrid; el de la Merced se debió al convento del mismo nombre, situado en la actual plaza de Tirso de Molina, y el de Compañía del Burro, se debe al parecer al padre Mariana, que tras varias discusiones de cómo llamar la calle, si de la Compañía (de Jesús) o de la Merced, sugirió el nombre del Burro, porque en este convento se ponía un espantapájaros, hecho con un pellejo de burro relleno de paja, que servía para impedir que las aves robasen el grano. Aunque en 1843 recibió el nombre de Padilla en recuerdo del conocido comunero, la gente seguía llamándola calle del Burro. Cuando Fernández de los Ríos escribió su Guía de Madrid en 1876, se denominaba Béjar. Desde 1848 recibe el nombre de Colegiata, porque a ella da la fachada lateral de la colegiata de San Isidro.