Calle de los Libreros
Entre la Gran Vía y la calle de la Estrella. Anteriormente recibió los nombres de la Justa y del Pozo, por el pozo que tenía aquí una mujer llamada Justa, del cual, según la tradición, salieron dos basiliscos que mataron a una joven con su mirada. En 1893 cambió su denominación por el de Ceres, diosa romana de la agricultura. A finales del siglo XIX y principios del XX la calle tuvo cierta fama por el número de prostitutas que la frecuentaban. La calle desapareció en parte con la construcción de la Gran Vía y la nueva vía que sustituyó parcialmente su trazado recibió -por sugerencia de Pío Baroja- el nombre de Libreros, por la gran cantidad de librerías dedicadas a la compraventa de libros usados, cuyos propietarios son descendientes, la mayoría, de Doña Pepita, inventora de este negocio a finales del siglo XIX. Durante la Segunda República la calle cambió la denominación por la de Constantino Rodríguez.
También se llamó Libreros la actual calle Carretas.