Castillo nuevo de Manzanares el Real

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Para la otra fortaleza situada en Manzanares el Real, véase castillo viejo de Manzanares el Real.


Vista exterior del Castillo de los Mendoza.
El castillo, nevado.
Fachada principal del castillo.
Detalle de una de las torres.

El Castillo nuevo de Manzanares el Real, conocido también como Castillo de los Mendoza, es un palacio-fortaleza erguido en el siglo XV en el municipio de Manzanares el Real, junto al embalse de Santillana y al pie de la Sierra de Guadarrama.

Sus obras comenzaron en 1475 sobre una ermita románico-mudéjar y hoy es uno de los castillos mejor conservados de la Comunidad. Fue levantado al borde del río Manzanares, como palacio residencial de la Casa de Mendoza, en las inmediaciones de una fortaleza primitiva, abandonada una vez construido el nuevo edificio.

El castillo alberga actualmente un museo de los castillos españoles y es sede de una colección de tapices. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1931. Es propiedad del Ducado del Infantado, si bien su administración y uso corresponde a la Comunidad.


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Historia[ ]

Las tierras que bordean el curso alto del río Manzanares, muy ricas en pastos y bosques, fueron objeto de frecuentes disputas entre los diferentes poderes surgidos tras la Reconquista. Las Comunidades de Villa y Tierra de Segovia y Madrid protagonizaron diferentes litigios a lo largo del siglo XIII, que fueron resueltos en el siglo XIV por el rey Juan I de Castilla con la donación de la comarca a su mayordomo, Pedro González de Mendoza.

Al hijo mayor de éste, Diego Hurtado de Mendoza, almirante mayor de Castilla, se le atribuye la construcción de una primera fortaleza, conocida en la actualidad como castillo viejo de Manzanares el Real, si bien es muy probable que este edificio tuviera un origen anterior. En el último tercio del siglo XV, la Casa de Mendoza decidió levantar un nuevo castillo-palacio, de mayores dimensiones y más lujoso, acorde con la notable influencia política y económica alcanzada por esta familia.

Las obras comenzaron en 1475. Fueron promovidas por Diego Hurtado de Mendoza y Figueroa, primer duque del Infantado, que no pudo verlas concluidas. Fue su hijo primogénito, Íñigo López de Mendoza, quien las finalizó bajo la dirección del arquitecto Juan Guas, autor del Palacio del Infantado, de Guadalajara.

La función de residencia palaciega con la que fue concebido apenas se extendió un siglo. Con la muerte en 1566 de Íñigo López de Mendoza y Pimentel, cuarto duque del Infantado, el castillo dejó de ser habitado, dado que surgieron problemas económicos y pleitos entre los herederos de la Casa de Mendoza.

En 1914, el Ducado del Infantado procedió a una primera restauración. A ésta le siguieron, en los años sesenta y setenta, diferentes obras de consolidación, promovidas por la desaparecida Diputación Provincial de Madrid. Algunos elementos fueron completamente reconstruidos, caso de las estancias y corredores del interior del cuerpo principal. Fue este organismo el que decidió instalar en sus dependencias un museo de los castillos españoles, además de una colección de tapices.

En 1982, el castillo albergó el acto de constitución de la Asamblea de Parlamentarios de Madrid, en el que tuvo lugar la ponencia redactora del Estatuto de Autonomía.

Características[ ]

Patio interior porticado en el interior del Castillo de los Mendoza.

El castillo, de planta cuadrangular, está construido enteramente en piedra de granito. Tiene cuatro torres circulares en sus vértices, adornadas con unas bolas al más puro estilo isabelino. Destaca la torre del homenaje, de forma hexagonal.

El edificio está rematado con una terraza, con matacanes y almenas. Consta de un patio rectangular porticado y de dos galerías sobre columnas octogonales. La galería gótica del primer piso está considerada como la más bella de la arquitectura militar española. Sobre el adarve meridional la galería es de traza flamígera sobre antepechos decorados a base de punta de diamante.

Todo el castillo está circundado por una barbacana, cuyas saeteras llevan esculpidas en bajo relieve la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén, por el título que gozó Pedro González de Mendoza. Otros elementos defensivos del edificio son sus troneras.

El castillo está dispuesto en seis alturas, además de un sótano: planta baja, entreplanta primera, planta principal, entreplanta segunda, galería alta y galería de cubiertas. La puerta de acceso, enmarcada en dos cubos, presenta un arco rebajado.

Véase también[ ]

Enlaces externos[ ]

Fuente[ ]

Fuentes[ ]

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