Cementerio General del Sur
El Cementerio General del Sur o Cementerio de la Puerta de Toledo se construyó por orden del rey José Bonaparte al no ser capaz de absorber el Cementerio General del Norte a todas las víctimas de la Guerra de la Independencia.
Se inauguró en 1810 y estaba situado fuera de la Puerta de Toledo (de ahí su nombre de Cementerio de l a Puerta de Toledo) en el Alto de Opañel, ya pasado el Río Manzanares, entre las antiguas carreteras de Carabanchel y de Getafe, en lo que hoy es Carabanchel Bajo. En su proximidad se levantó en 1851 el Cementerio de la Sacramental de San Lorenzo y San José.
Contaba con siete cuarteles, uno por cada parroquia se su circunscripción: San Lorenzo, San Pedro, San Millán, Santa Cruz, San Sebastián, San Justo y San Andrés y un octavo para los Reales Hospitales. En su centro se colocó un cruz diseñada por Ventura Rodríguez en 1773.
Fue realmente un desastre de cementerio; debido a su abandono los fallecidos recién enterrados eran pasto de perros y pájaros, hasta que en 1818 se repararon las cercas y se construyó la capilla de la que carecía hasta entonces. Aún así, ya en 1821 se encontraba en mal estado debido a su precipitada construcción. Además era conocido como el "Cementerio de los Ajusticiados", ya que en él es donde se enterraba a los reos ajusticiados en la Plaza de la Cebada, como fue el caso de Luis Candelas.
Fue ampliado varias veces y se clausuró en 1884, pero a pesar de su estado ruinoso siguió sirviendo de lugar de enterramiento hasta 1905. Finalmente fue demolido en 1942 y los restos humanos que allí quedaban se trasladaron al Cementerio de La Almudena.
En el solar que ocupaba se encuentran en la actualidad unas instalaciones deportivas (Centro Deportivo San Miguel), que dan a la tapia del Cementerio de la Sacramental de San Lorenzo y San José, y bloques de viviendas, en torno a las calles de la Verdad y Navahonda.