Cementerio británico
El Cementerio Británico se encuentra en la calle Comandante Fontanes 7 esquina con la calle de Inglaterra, en Carabanchel.
Surgió a mitad del siglo XIX, como consecuencia de dar sepultura a los extranjeros que no profesaran la religión católica. El primer registro de enterramiento data del 10 de febrero de 1854 a nombre de Arthur Thorold.
Desde finales del siglo XVIII los diplomáticos británicos tratan de dotar de un cementerio a sus súbditos que fallecían en Madrid. Incluso se compra un solar en lo que hoy es la Plaza de Colón, que por aquel entonces estaba fuera de la ciudad, y que es donde hoy se levanta el Consulado británico. Pero el crecimiento de la ciudad lo impide. Las escrituras del 17 de agosto de 1853 determinan el actual emplazamiento: "a la derecha de la carretera de Carabanchel, más allá del Puente de San Dámaso", en lo que hoy es la confluencia de las calles de Inglaterra y Irlanda.
En la entrada se encuentra el escudo del imperio británico, obra de Pedro S. Nicoli, colocada en mayo de 1856.
Desde bien pronto no sólo acogió a súbditos británicos, sino a personas de otros cultos no católicos. El cementerio cuenta con una sección cristiana y una sección judía.
En él se pueden encontrar las tumbas de las familias Loewe y Boetticher. Girod y Lhardy, así como los Parish fundadores del antiguo Circo Price.
Es propiedad de Gran Bretaña tanto por la titularidad de las Escrituras, como por tener un estatus parecido al de las embajadas extranjeras. En la Embajada británica se lleva un registro de los enterrados en él.
En la actualidad está bastante descuidado, con lápidas rotas, esculturas descabezadas y una vegetación poco cuidada.