Discusión:Ermita de San Antonio de la Florida

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Propuesta de una nueva iconología

Pinturas de la cúpula de San Antonio de la Florida

Predicación y milagros de san Antonio'

Posiblemente no le fuera desconocida a Goya la historia de san Antonio, pues era tema que estaba en los ambientes populares y que quizá había tenido ocasión de leer, tanto en Zaragoza, siendo niño, como más tarde en Madrid. La idea general que se tenía sobre san Antonio era que se trataba de un santo que a lo largo de su vida había realizado numerosísimos milagros (1): "un ciego abría los ojos a la luz, allá un tullido se levantaba ágil, a un lado se le caían escamas a un leproso, a otro quedaba libre un endemoniado, a una parte se levantaba un muerto resucitado", y, además de los milagros, del auténtico furor que causaron sus sermones, pues enfervorizaban a los fieles, hacían que los pecadores se arrepintieran y los herejes adjuraran de sus falsas ideas y abrazaran la fe cristiana. Por lo cual nada tiene de extraño que Goya decidiera dedicar la cúpula precisamente al tema de san Antonio predicando y, a la vez, a sus milagros, muchos de ellos realizados entre los mismos asistentes a sus sermones. Y no parece aventurado pensar que Goya conocía estos temas o los había leído en la literatura religiosa popular de la época. Así pues le resultaría familiar la imagen del santo predicando, no sólo a un público ya convencido y entregado a la fe cristiana, sino a los enemigos, pues las numerosas "Vida y milagros del Glorioso San Antonio" se encargan de recordarnos que su público estaba también formado tanto por herejes como descreídos a los que el santo lograba convertir por medio tanto de sus enfervorizadas palabras como por su acción, es decir por los milagros que obraba in situ. Por todo esto es fácil de entender que el programa iconográfico de la cúpula no sea, como se ha venido diciendo repetidamente hasta ahora, el milagro concreto de la resurrección de un muerto en Lisboa, sino la síntesis de la predicación del santo, durante la cual el santo taumaturgo hacia milagros. San Antonio en la devoción popular alcanzó el título de protector de los oprimidos (2) que buscaban en el santo la solución de sus problemas por medio de los milagros. Buena muestra de este poder que las gentes atribuían al santo se encuentra reflejado en los Gozos (3) que se cantaban al santo y en el que están comprendidos los más importantes milagros realizados y popularizados: Sanáis mudos, y tullidos, paralíticos, leprosos, endemoniados, furiosos, restituís los sentidos, volvéis los bienes perdidos, y curáis todos dolores. Sanáis de gota coral ciegos, contrahechos, llagados, consoláis desconsolados y curáis de cualquier mal. de tres días ahogados resucitáis a dos niños, y dos cual bellos armiños, de sucesos desastrados De una que no creía, que la perdonase Dios, tomasteis vos sobre vos la pena, que merecía. Vos libertéis a cualquier reo de los grillos y cadenas y al que clama, y se enajenar del pecado sucio y feo

Una observación detenida de las pinturas de la cúpula nos llevan a considerar que el santo está figurado en la postura y gesto tradicional de predicar, ajeno o casi ajeno a lo que ocurre a su alrededor, mientras que toda la muchedumbre está atenta a la predicación, siempre con rostros compungidos o de preocupación. Goya ha querido captar a los que asistían en Padua a los sermones de san Antonio y tuvieron en ellos algún protagonismo. Protagonistas estereotipados y que se repiten fielmente en las mencionadas obras de "Vida y milagros del Glorioso San Antonio de Padua", que se encontraban en gran cantidad en entre los libros devotos que con profusión circulaban, entre los que se encontraban: La flor mas propia de la maravilla convertida en azucena de Padua. Vida, en compendio, del glorioso San Antonio. Al fin se hallará la novena mas frecuentada de sus devotos (24), Paraíso de oraciones sagradas. Novena del glorioso San Antonio de Padua (5), Descripción harmónica de la vida y milagros del gloriosísimo portugués San Antonio de Padua, con particulares reflexiones en prosa y la novena al fin (6), Novena del glorioso San Antonio de Padua, revelada por el mismo Santo, y puesta en methodo por un religioso menor, devoto suyo (7), Sermón panegyrico y acción de gracias a San Antonio de Padua, por el nuevo señorío de la Villa de Boadilla, cuya posesión tomó el Infante don Luis Antonio Jayme de Borbón el día 22 de febrero de 1761 (8), Vida portentosa de San Antonio de Padua (9), Novena del glorioso San Antonio de Padua, como se hace por su Ilustre Congregación en la Iglesia de San Nicolás de Bari de esta Corte (10), Trecena del glorioso San Antonio de Padua. Para poderla hacer los trece martes anteriores o posteriores a la festividad del santo (11). Vida y milagros del glorioso San Antonio de Padua, Sol brillante de la Iglesia, Lustre de la Religión Seráfica, Gloria de Portugal, Honor de España, Tesorero de Italia, Terror del Infierno, Martillo Fuerte de la Heregía, entre los santos por excelencia el Milagrero (12), Novena del glorioso San Antonio de Padua, revelada por el mismo Santo (13), en la que se anuncia: "La novena, estampas y medidas se hallarán en la Sacristía de San Luis Obispo de esta Corte", Noticia del motivo, o causa de la fundación y dedicación de la capilla de San Antonio de Padua, llamada de la Florida, y mudanzas, que ha habido de ella hasta el presente año desde su primera fundación. Con un elogio a la nueva Estatua del Santo, hecha por el profesor Don Josef Ginés. Añádese un resumen de la vida de este Glorioso Confesor y sus Gozos. Dedicada a los Fieles Ministros del Resguardo de Rentas de Madrid y de todo el Reyno. La saca a luz, con motivo de la nueva Capilla, que la piedad de nuestro Católico Monarca (que Dios guarde) ha mandado erigir a este Gran Santo (14), etc., etc. De un somero análisis a estas Vidas podemos entresacar los personajes pintados por Goya en la cúpula de San Antonio de la Florida: ciegos, tullidos, herejes,

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mujeres embobadas, suplicantes, jóvenes sensuales o apesadumbrados, viudas, arrepentidos, locos, madres infelices, escribanos, etíopes ... (figs. 1, 2, 3, 4 y 5), incluso se podrían señalar algunos tipos concretos que parecen sacados directamente de los


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milagros: madre con su hijo tullido de pies y manos (15) que suplica al santo su curación, pues la figura más parece la de un tullido sobre un taburete y ayudado a sostenerse, que la de un muerto resucitado [fig. 6].

Singular y característico personaje pudiera ser el ciego fingido (16) [fig. 7]: "Sobornaron a un pobre hombre de su secta para que fingiese, que de un lastimoso desastre había

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perdido ambos ojos, y que cubierto el rostro con un paño ensangrentado, saliese en busca de San Antonio y con fingidas lástimas le pidiese su remedio. [...] Salió el miserable instrumento de la fábula cubiertos los ojos con un paño teñido en sangre, pidiendo con lastimosas voces, lo llevasen a presencia de Fray Antonio, para que recibiese de su mano el remedio de su achaque. Puesto a la presencia del Santo, hizo sus fingidas plegarías, y los que le llevaban ponderaban mucho la desdicha, diciendo, que cortando leña, había saltado una astilla, y quitándole entrambos ojos de un golpe: que se compadeciese de su miseria, y tocándole con sus virtuosas manos, con la señal de la Cruz, le restituyese los ojos. Escuchó el Santo sus bien ponderadas lástimas, y habiendo penetrado, por inspiración divina, sus depravadas intenciones, pidió con breve, y fervorosa oración a Dios bolviese por su causa, pues sabía su Magestad la santidad de su zelo. Puso con confianza las manos sobre el paño ensangrentado, hizo la señal de la Cruz, y dixó al fingido ciego: Ea, desátate el paño, que ya tienes el remedio, que merece tu buena fe, y la de estos piadosos hombres, que te lo han solicitado. Oyendo estas palabras los Hereges, ya no podían bien disimular la risa, pareciéndoles que habían logrado a pedir de su deseo la intentada burla: desataron al hombre con mucha prisa el paño, para celebrarla con desahogo, y al apartárselo del rostro, sacaron los ojos pegados en él, quedando los huecos hechos dos fuentes de sangre, con horror,, y espanto de todos los que atendían a este espectáculo, y estraño dolor del desdichado paciente, que las voces, y alaridos que traía estudiadas para el engaño, las levantó más lastimosas para descubrir la verdad, con la fuerza del sentimiento. ¡Ay de mí infeliz! (decía) ¡justamente me castiga Dios por haber intentado desacreditar a su Santo! ¡Desdichada suerte la mía, pues pago solo la culpa, de quantos me induxeron a este fingimiento! Padre Antonio, ten piedad de mi miseria, por las entrañas de Jesu-Christo: compadécete de mí, y perdóname la injuria, que aunque me faltan los ojos para ver la luz, no me faltan para llorar los errores en que hasta aquí he vivido, bien que a fuerza de tan caro desengaño. Quedaron los Hereges atónitos del suceso, y embargados del pasmo, ni sabían valerse de los pies para la fuga, ni de las voces para el sentimiento. Los Católicos, a quien halló desprevenidos el caso se informaron del paciente, y oyendo del todo el orden, y serie del fingimiento, llenos de admiración, y alegría, daban glorias a Dios de tan singular triunfo. Valiose San Antonio de esta ocasión tan oportuna, para convencer la protervidad, herética: reprehendió con fervorosa severidad su malicia, y persuadioles con eficacia maravillosa a abrazar la verdad Católica. Ellos le escucharon con paciencia, y trocados interiormente, ofrecieron adjurar sus errores, si compasivo restituía a aquel miserable los ojos. El Santo viéndole bien arrepentido, hizo la señas de la Cruz, y le dexó con vista en el alma, y cuerpo. Los más de los Hereges, que se hallaron presentes, se convirtieron; y los que no lo hicieron, quedaron tan avergonzados, y corridos, que no osaban parecer entre la gente." La historia del santo presenta multitud de personajes protagonistas de milagros: el tirano Excelino (17) arrepentido con cíngulo al cuello, el joven apesadumbrado (18), el joven sensual (19), la mujer que no se mojó al cruzar un río (20), el novicio que robó un psalterio (21), la mujer en el lodazal que no se ensució (22), la niña impedida de los pies que empezó a andar (23) … Incluso entre esta variopinta multitud de personajes pudiera estar el propio Goya (24) (fig. 8) emergiendo entre la multitud y en postura de suplicar ¿el milagro de recuperar el oído?, pues (25) "hace seis años que me faltó de todo punto la salud, y especialmente, el oydo. hallándome tan sordo, que no usando de las cifras de la mano no puedo entender cosa alguna". Se habría autorretratado con el atuendo que utilizaba para pintar la capilla,


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justamente en el lado opuesto en donde está el santo, lugar poco visible para los fieles. El antecedente inmediato estaría en el cuadro de San Bernardino de Siena (1782-1783) realizado para San Francisco el Grande de Madrid en el que Goya tiene la audacia de presentarse a los reyes y a la corte entera desde lo alto de un altar (26), en una iglesia real. Pero más en consonancia llega a estar con el Autorretrato con el doctor Arrieta (1820), pues también se trata de otra (27) "acción trágica" al igual que en San Antonio de la Florida. Seguramente Goya en ningún momento pretendió seguir un programa iconográfico completo de los milagros del santo, toma los tipos, el ambiente y con ellos crea una galería de los protagonistas de los milagros, con los que el pueblo se podía identificar, sin que, por otra parte, se rompiera el carácter narrativo, de lo que está ocurriendo, para lo cual recurre a vestir a los protagonistas de forma intemporal, mezclando los atuendos con aire de actualidad con otros rescatados del medievo. Suprime en general en las figuras femeniles los elementos mas llamativos en cuanto a adornos que pudieran permitir una identificación temporal, como zapatos, tocados para el pelo, pero sí mantiene los trajes que eran comunes a las clases populares. Entre las figuras varoniles es mucho mas severo, incluyendo algunos atuendos utilizados comunmente por el pueblo: capa y chambergo, y entre las mujeres la basquiña y el mantón. Es, en resumen, una galería de tipos populares, en que lo común es que no vistan a la moda del momento. Pero probablemente sea un absurdo querer buscar la exacta correspondencia entre los milagros y las pinturas. Lo que pudo comenzar siendo la representación de los protagonistas de los milagros, terminó como galería de tipos humanos que se acomodaban al espacio pictórico. De esta manera y al igual que el Juicio final de Miguel Ángel desfilan por las pinturas fuera del espacio y del tiempo concreto los personajes de la comedia humana. Por esta razón lo universal de las pinturas de la cúpula se pueden con tanta facilidad conformar a cualquier realidad procedente de visiones de gran riqueza conceptual -nunca de reducciones a tipologías de corta visión- y universal. Es por ello que podríamos aplicar y encontrar su correspondencia en una modernizada nave de los locos, o en el sustrato cultural que se encuentra en el mundo de la picaresca. Esta es la grandeza y a la vez el enorme esfuerzo que supone enfrentarse con la obra del genio de Goya.

Notas

 1. Harda Muxica, Antonio Ambrosio. La flor mas propia de la maravilla convertida en azucena de Padua. Vida, en compendio, del glorioso San Antonio. Al fin se hallará la novena mas frecuentada de sus devotos, Madrid, Imprenta del convento de la Merced, 1728, págs. 143-144.
 2. Lodi, Enzo. Los santos del calendario romano, Madrid, 1992, pág. 194.
 3. Mestre, Miguel. Vida y milagros del glorioso San Antonio de Padua, Sol brillante de la Iglesia, Lustre de la Religión Seráfica, Gloria de Portugal, Honor de España, Tesorero de Italia, Terror del Infierno, Martillo Fuerte de la Heregía, entre los santos por excelencia el Milagrero, A esta última impresión se han añadido otros muchos Milagros y Láminas, Barcelona, Viuda Piferrer, 1791, pág. 363.
 4. Harda, op. cit.
 5. Gil Becerra, Benito. Paraíso de oraciones sagradas. Novena del glorioso san Antonio de Padua, Madrid, 1728
 6. Gómez Arias. Descripción harmónica de la vida y milagros del gloriosisimo portugués San Antonio de Padua, con particulares reflexiones en prosa y la novena al fin, Madrid, 1748.
 7. Novena del glorioso San Antonio de Padua, revelada por el mismo Santo, y puesta en methodo por un religioso menor, devoto suyo, Madrid, J. González, 1749. Manuscrito en la primera guarda: "Esta novena de San Antonio la mandó componer Sor Gerónima de la Santísima Trinidad, siendo Bicaria de Coro, año de 1781". Estampa de san Antonio. Año 1738. Fecha de aprobación año 1712, de fray Miguel de Peñalver, de la orden Franciscana y Vicario del Convento de Santa María de los Ángeles.
 8. Consuegra, Juan de. Sermón panegyrico y acción de gracias a San Antonio de Padua, por el nuevo señorio de la Villa de Boadilla, cuya posesión tomó el Infante don Luis Antonio Jayme de Borbón el día 22 de febrero de 1761, Madrid, Manuel Martín, 1761.
 9. Cornejo, Damián. Vida portentosa de San Antonio de Padua, Murcia, 1766.
 10. Novena del glorioso San Antonio de Padua, como se hace por su Ilustre Congregación en la Iglesia de San Nicolás de Bari de esta Corte, Madrid, Antonio Fernández, 1779.
 11. Castresana Ortiz de Orive, Gil. Trecena del glorioso San Antonio de Padua. Para poderla hacer los trece martes anteriores o posteriores a la festividad del santo. Por .... Ayuda del Real Oficio de Furriera de S.M.C., Madrid, Imprenta Real, 1788. Retrato del santo dibujado por Maella, grabado por Albiztur. Escultura de Manuel Álvarez.
 12. Mestre, op. cit.
 13. Novena del glorioso San Antonio de Padua, revelada por el mismo Santo..., Madrid, Lorenzo de San Martín, 1792. "la novena, estampas y medidas se hallarán en la Sacristía de San Luis Obispo de esta Corte".
 14. Noticia del motivo, o causa de la fundación y dedicación de la capilla de San Antonio de Padua, llamada de la Florida, y mudanzas, que ha habido de ella hasta el presente año desde su primera fundación. Con un elogio a la nueva Estatua del Santo, hecha por el profesor Don Josef Ginés. Añádese un resumen de la vida de este Glorioso Confesor y sus Gozos. Dedicada a los Fieles Ministros del Resguardo de Rentas de Madrid y de todo el Reyno. La saca a luz, con motivo de la nueva Capilla, que la piedad de nuestro Católico Monarca (que Dios guarde) ha mandado erigir a este Gran Santo, un devoto suyo. Madrid, José Herrera, 1798. Contiene estampa de san Antonio reproduciendo la escultura de José Ginés.1798.
 15. Mestre, op. cit., págs. 108-109.
 16. Harda, op. cit., págs. 107-108. Mestre, op. cit., págs. 83-86.
 17. Harda, op. cit., pág. 118-119. Mestre, op. cit., págs. 112-117.
 18. Mestre, op. cit., págs. 98-100.
 19. Mestre, op. cit., pág. 101.
 20. Mestre, op. cit., pág. 104.
 21. Mestre, op. cit., págs. 104-105.
 22. Mestre, op. cit., pág. 109.
 23. Mestre, op. cit., pág. 110.
 24. Lafuente, op. cit., pág. 30. Buendía, José Rogelio. La ermita de San Antonio de la Florida. Historia e itinerario artístico, Madrid, 1992, pág. 47.
 1798 marzo 22. Memorial de Goya al rey.
 25. Gállego, Julián. Autorretratos de Goya, Zaragoza, 1978, pág. 32.
 26. Gállego, op. cit., pág. 82.