Ermita de San Antonio de la Florida
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La ermita de San Antonio de la Florida, situada en la plaza del mismo nombre es la tercera de las ermitas dedicadas a san Antonio de Padua que hubo a las afueras de Madrid.
Historia[ ]
La primera ermita fue construida en 1720 por José de Churriguera y derribada en 1768 debido a la apertura de la carretera de Castilla.
Dos años después Carlos III ordena la construcción de una nueva, que a su vez fue derribada por Carlos IV.
El rey adquirió el Palacio de la Florida, propiedad del marqués de Castel Rodrigo, para construir una finca de recreo. Las obras comenzaron de inmediato, entre 1792 y 1798, abarcando también la construcción de la nueva ermita. Será en este momento cuando la ermita pase a llamarse San Antonio de la Florida. De este palacio sólo se ha conservado la ermita, ya que destruido en el siglo XIX con motivo de la construcción de la estación del Principe Pío.
El 1 de abril de 1905 fue declarada Monumento Nacional. Estuvo abierta al culto hasta 1929, año en que se trasladaron los oficios a un edificio gemelo construido a tal efecto por el arquitecto Juan Moya. A partir de entonces se convierte en museo, propiedad de Patrimonio Nacional, aunque su custodia fue cedida al ayuntamiento de Madrid, que lo gestiona desde 1987.
Bibliografía (reciente) Juan Carrete Parrondo, Francisco de Goya. San Antonio de la Florida. Infortunio crítico de una obra genial. Bruselas, Musea Nostra. Colección Europea de Museos y Monumentos, 1999.
Gonzalo M. Borrás Gualis, Las pinturas de San Antonio de la Florida de Goya, Madrid, Tf Editores, 2006.
El edificio[ ]
Fontana diseñó un edificio neoclásico de planta de cruz griega de gran sencillez, con cúpula con linterna, sobre pechinas. La sobriedad de la arquitectura, tanto interior como exterior, cede el protagonismo a pinturas de Goya. El aragonés, como pintor de cámara, fue el encargado de realizar la decoración de la ermita, trabajo que llevó a cabo en seis meses, entre agosto y diciembre de 1798.
En la bóveda del ábside representó a la Adoración de la Trinidad. Sobre la cornisa recorren los paramentos del templo querubines y ángeles femeninos que sostienen cortinajes.
Pero sin duda, la parte más espectacular son las pinturas de la cúpula, donde está representado uno de los milagros de San Antonio de Padua, en el que trasportado por ángeles a Lisboa, por la gracia divina hace que un difunto conteste a las preguntas del juez y confirme la inocencia del padre del santo, quién había sido acusado del crimen.
Las figuras del difunto, los padres del santo y el propio santo sobre una roca están distribuidas por la cúpula. Cerca del óculo se aprecia paisaje, consiguiendo la ilusión de estar a cielo abierto.
El pueblo de Madrid observa el milagro: majas, chisperos, caballeros embozados... charlan o miran atentamente, apoyados en la barandilla que recorre la base de la cúpula, consiguiendo grandes dosis de realismo, tanto por la perspectiva como por la viveza con la que están representados.
A los pies del presbiterio se encuentra el panteón del pintor, en la que se conserva la lápida que tuvo en el cementerio de Burdeos. Junto a él está enterrado Martín Miguel de Goicoechea, su gran amigo. El 29 de septiembre de 1919 fueron enterrados juntos, para evitar un posible error en la identificación de los restos mortales.
Galería de vídeos[ ]
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