El Sol

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El Sol fue un periódico madrileño, ilustrado, liberal y regeneracionista, fundado el 1 de diciembre de 1917 por Nicolás María de Urgoiti, director de La Papelera Española.

Dos ideas presidieron la fundación de El Sol en la mente de Urgoiti: un interés comercial y un interés de carácter cultural y político, para el que encontró la entusiasta colaboración de José Ortega y Gasset, que abandonó El Imparcial, para convertirse en el máximo inspirador ideológico y en el colaborador estrella del nuevo periódico.

El Sol defendía un proyecto reformista, una reforma sentida como una necesidad apremiante por los sectores más progresistas y dinámicos de la burguesía y los intelectuales, que ya había presidido en 1915 la fundación de la revista España. El Sol muestra también comprensión y simpatía por un movimiento obrero organizado y constructivo, concretamente el socialismo, al que aspira a ayudar a orientar en un sentido evolutivo y reformista. Prestó gran atención no sólo al catalanismo y al nacionalismo vasco, sino en general a la vida de provincias. Contó con una información extranjera superior a lo que era habitual en la prensa de la época.

Escrito por intelectuales de altura, renunciando por principio a la información y crítica taurina, y pasando de puntillas sobre crímenes y otros asuntos sangrientos o escandalosos, temas preferidos por el gran público, El Sol no fue, ni podía ser, un periódico popular. Aunque no faltaban entre las personas cultivadas algunas a quienes irritaba el tono del periódico, que juzgaban pretencioso y pedante.

En la órbita del programa intelectual de José Ortega y Gasset, esta publicación disponía de una excelente plantilla de redactores dirigida por Félix Lorenzo, Heliófilo, quien fue sustituido por Manuel Aznar desde el 14 de septiembre de 1918 hasta el 28 de marzo de 1922. En abril de 1924 Ramón J. Sender entró a formar parte de su plantilla. Las viñetas de Luis Bagaría contribuyeron a crear una imagen de marca representativa del tándem Urgoiti-Ortega.

Publicado en gran formato de 12 páginas, costaba el doble que cualquier periódico de la época y proclamó su vocación crítica e independiente en el ofensivo entrefilete que figuró en sus primeros números:

El sol no admite subvenciones, ni anticipos reintegrables. Su precio es de 10 céntimos porque el papel cuesta más de 5, y no cuenta con más ingresos que los lícitos y confesables en que se basa toda empresa seria e independiente

Su independencia económica y política no hubiera sido posible, no obstante, sin los vínculos privilegiados que mantenía con La Papelera Española, empresa matriz del poderoso grupo de Urgoiti, entonces en plena expansión. En 1920 Urgoiti editó un nuevo diario vespertino, La Voz, que pretendía recoger el público popular que El Sol no podía captar.

Desde mayo de 1934, El Sol y La Voz sufrieron múltiples avatares hasta la Guerra Civil, bajando considerablemente su prestigio y su difusión.[1]

Tras la Guerra Civil Española en sus talleres, incautados por los falangistas, se comenzó a imprimir el diario Arriba.

Suplementos[ ]

Desde enero de 1918 publicará suplementos semanales dedicados a diferentes áreas cada día de la semana:

  • Domingos: agricultura y ganadería.
  • Lunes: pedagogía e instrucción pública.
  • Martes: biología y medicina.
  • Miércoles: ciencias sociales y económicas.
  • Jueves: historia y geografía.
  • Viernes: ingeniería y arquitectura.
  • Sábados: derecho y legislación.

El Sol (1990-1992)[ ]

Cecisa (Sociedad Europea de Comunicación e Información) una empresa del Grupo Anaya (propiedad de Germán Sánchez Ruipérez por entonces) resucita la cabecera (reproduciendo incluso el famoso entrefilete) el 22 de mayo de 1990 con la pretensión de recuperar el programa intelectual del periódico original. José Antonio Martínez Soler figura como director, pero el 14 de julio de 1990 es despedido. Se sucederán en total seis directores, entre ellos Miguel Ángel Aguilar e Ignacio Alonso.

El periódico, que tiene su redacción frente a la Plaza de Colón en Madrid y las rotativas en Illescas (Toledo), nace informatizado al 100% (algo por entonces muy caro). En junio de 1990 cuenta con 112 puestos de trabajo equipados con Apple Macintosh II CX (cada uno con un precio aproximada de 700.000 pesetas) y el resto son PCs más potentes. La edición se hace de forma totalmente digital, y cuando el equipo de maquetación ha concluido su trabajo, lo transmitía a la rotativa de Illescas por modem.

El diario es el primero en inaugurar los regalos para promocionar las ventas al regalar un ejemplar de la Biblioteca de El Sol (una colección de libros, mayoritariamente en dominio público) con cada diario.

Las diferencias entre Anaya, la ONCE (que participa con un 18% de las acciones) y las empresas de Silvio Berlusconi en la gestión de Telecinco[2] precipitan el fin del diario. Sánchez Ruipérez comunica a los trabajadores el 17 de marzo de 1992 su cierre[3] pese a haber llegado a un acuerdo para que los trabajadores gestionaran la cabecera mientras se buscaba un nuevo socio. Los trabajadores sacan un especial en blanco y negro que se distribuye gratuitamente, se produce una manifestación frente a la redacción en la que participan periodistas de renombre, entre ellos 3 de los ex-directores, pero la suerte está echada y para el 26 de marzo llegan a un acuerdo sobre las indemnizaciones.

Los libros regalados, pese a la mala calidad del papel utilizado, se siguen localizando hoy en día en librerías de viejo y sitios de subastas online como eBay

Referencias[ ]

  1. Seoane y Sáiz, 1996: 422
  2. Noticia en EL PAIS
  3. Noticia en EL PAIS

Bibliografía[ ]

  • Cruz Seoane, María (1996), Historia del perodismo en España. 3. El siglo XX: 1896-1936, Alianza Editorial, S.A.. 84-206-8178-4/Tomo 3.
  • Desvois, Jean Michel (1977), La prensa en España (1900-1931), Madrid: Siglo XXI.

Fuentes[ ]

  • El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de Wikipedia, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.