Iglesia de San Gil el Real
|
Era la parroquia de Palacio. Cuando Carlos V ordenó el derribo de la primitiva iglesia de San Miguel de la Sagra -situada frente a la entrada del Alcázar- debido a su mal estado se construyó una nueva un poco más alejada de la residencia real. Esta se llamó de San Miguel y San Gil, más conocida por San Gil el Real y se trasladó la parroquialidad de aquélla a ésta. La nueva iglesia conservó la mayor parte del mobiliario de la antigua. Sin embargo, duró poco. Su desaparición fue provocada por la marcha de la población menos pudiente de las cercanías del Alcázar, cuyas casas fueron compradas poco a poco por ilustres familias que decidieron establecerse cerca de la residencia real. En 1582, el Capellán del Rey y cura de San Gil, expuso a Felipe II el estado de pobreza en que se hallaba la parroquia debido a la demolición de tantas casas para el servicio real, por este motivo, en 1606 se integró a la cercana parroquia de San Juan. Entonces Felipe III fundó el convento de San Gil de franciscanos descalzos y para ello les cedió la iglesia. En 1613 el edificio fue ampliado con la construcción de unas casas anejas y fue derribado en 1809 por orden de Jose Bonaparte. Los religiosos se trasladaron al convento de San Cayetano.