La Esfera

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La revista ilustrada La Esfera se publicó entre el 3 de enero de 1914 y el 17 de enero de 1931, siendo su primer director Francisco Verdugo Landi, siendo la casa editorial “Prensa Gráfica”, sita en la calle de Hermosilla 57 de Madrid.

En total se publicaron 889 números, más los ejemplares extraordinarios que se publicaron sin numerar.

La revista de corte modernista ocupó un lugar entre las publicaciones de gran formato como la “Ilustración Española y Americana” y otras de menor calidad técnica como “Blanco y Negro” y “Nuevo Mundo”. Se trataba de una publicación periódica eminentemente gráfica que puede considerarse innovadora en cuanto que aunó dos conceptos diferenciados hasta entonces: la noticia como información inmediata y el comentario de la misma por las plumas más acreditadas de cada campo en ese momento. Y la segunda innovación consistió en atender los aspectos comunicativos, literarios y artísticos, igualmente por sujetos relevantes en esos campos en su día.

Hay que destacar la importancia dada en la revista a la información gráfica ya fuese a nivel de la noticia del momento como en otros campos como el arte (escultura, pintura, arquitectura,…), así como la de grandes ilustradores cuando la fotografía no era posible. Incluso ciertos anuncios tenían una calidad artística envidiable como era el caso de la empresa de perfumería Gal dentro de esa corriente modernista o Art Nouveau.

Un número ordinario venía a contener lo siguiente:

- Portada y segunda portada gráfica, que generalmente era la reproducción de una obra pictórica; en la portada de pintores consagrados, y en la segunda portada de pintores acreditados en ese momento.

- Noticia del momento y su comentario por un especialista en el tema. Esta podía ser nacional o internacional o ambas. Acompañada de material gráfico.

- Artículo comentado sobre las figuras y obras del momento a nivel literario, pictórico, de escultura… o bien de sociedad.

- Recorrido gráfico-literario sobre una localidad española, hispanoamericana o de otra parte del mundo, mostrando los edificios más artísticos o representativos de ella.

- Notas de sociedad, pero no en plan “prensa amarilla”; por ejemplo candidatos a ocupar un sillón de la Real Academia Española, inauguración de un gran edificio, una exposición internacional, la familia real de..., inauguración e instalaciones del Metropolitano de Madrid, etc...

- Un relato corto de un escritor de renombre en ese momento.

- Páginas centrales, generalmente en papel diferente más grueso, dedicado al arte o a la fotografía artística.

- Información sobre la escena teatral o del “cinematógrafo”, nacional respecto al teatro, o norteamericana sobre el cine (lo que no podía ser de otra manera), Buster Keaton, Charlot...

- Noticias del “Sport” (deportivas), donde no era precisamente el balompié lo más comentado.

- La moda, generalmente femenina, del momento, con grandes ilustradores y/o material fotográfico.

En resumen una publicación periódica donde su mayor contenido era cultural (literario, historia del arte...) sin olvidarse de aspectos más mundanos para que fuese atrayente para toda la familia, y por supuesto una gran información histórica y sociológica para hoy.

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Experiencias Personales

El contenido a continuación son reflexiones personales realizadas por diferentes usuarios que han querido dejar sus vivencias, sentimientos y recuerdos sobre esta entrada.

Tengo 47 años, nivel de estudios universitarios y, no creo que en la actualidad haya una publicación periódica no especializada, de la calidad cultural que tenía La Esfera, pero sin olvidar esas “notas de sociedad” o de reclamo, no hay que olvidar que se trataba de un semanario de lo que hoy intentan ser las ediciones dominicales de la prensa diaria, pero sin el condicionante político-ideológico que hoy tienen, con un carácter progresista (pero no el “progresismo” de 2004-2008) y vanguardista.

Tengo prácticamente todos los números, pero no puedo hacer una comparación con otros semanarios de la época al carecer de ellos y no poder hacer una valoración de conjunto. Lo único que no encuentro oportuno es el excesivo uso de anglicismos y otros términos de otros idiomas tan habitual en esa época, ¡aunque si lo comparamos con la actual!, quizá no sean tantos.