Leyenda de la dama de la rosa blanca

De Madripedia
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En las fiestas de Carnaval de 1853, invitaron a un embajador recién llegado a Madrid a un baile de máscaras. El joven que se acercó al baile sin ir disfrazado. Se presentó vestido con frac y para no llamar demasiado la atención por no ir disfrazado y porque tampoco conocía a nadie de la fiesta se quedó sentado en un rincón observando. De pronto vio en el otro extremo del salón a una joven dama vestida con un elegante traje de negro y que llevaba una rosa blanca prendida del vestido, cerca del hombro izquierdo. Apartó la vista cuando notó que ella le miraba fijamente mientras se dirigía hacia él con paso lento.

-«¿Me concede el honor de este baile?»- le preguntó la dama al llegar junto a él.- «Ya sé que es inusual que una mujer pida un baile a un hombre pero... este es mi último baile»- comentó con tristeza.

El joven la miró a los ojos negros y vio una profunda tristeza en ellos. Tomándola de la mano se acercaron al centro del salón. Y bailaron durante largo tiempo en silencio.

-«Es hora de marcharme»- dijo de pronto la bella dama rompiendo la magia de la noche.

-«Aún es pronto»- contestó el joven embajador en un vano intento de prolongar aquel encuentro que tan maravilloso le estaba pareciendo.

-«Para mí no lo es. Es ya muy tarde. ¿Os importaría acompañarme?»- suplicó la joven.

Y cuando ya era madrugada tomaron un carruaje y llegaron a las inmediaciones de la iglesia de San José. Entraron por una puerta lateral y frente al altar había un ataúd rodeado de cuatro cirios apagados.

-«Esta mañana yo estaba allí»- le dijo la dama señalando el ataúd- «y ahora debo volver ahí».

El joven embajador se despidió con una reverencia y besando su mano. Al día siguiente mientras desayunaba leyó un titular en el periódico que le llenó de tristeza y dolor: "Hoy se celebra el funeral por una condesita muy querida por todos. La joven señorita...". Se dirigió de nuevo a la iglesia y cuando terminó el funeral se acercó al ataúd. Allí estaba la joven y bella dama con quien había estado bailando la noche anterior vestida con el mismo elegante traje negro.


Este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, publicado por Ediciones La Librería, autorizada su inclusión en Madripedia bajo licencia Reconocimento-CompartirIgual