Leyenda del convento de las Carboneras

El convento del Corpus Christi es más conocido como el convento de las Carboneras por un cuadro de la Inmaculada que fue hallado en una carbonería y que les fue entregado por Fray José de Canalejas, el cual se halla en el interior de su iglesia. Se cuenta de la fundadora, Beatriz Ramírez de Mendoza, que después de muerta volvía cada noche a ocupar su lugar en el refectorio para después rezar el rosario con toda la congregación. Además, cada vez que una monja moría, en el lugar donde ella comía se colocaba una calavera y un paño negro en vez de una servilleta, así como los platos que le correspondían comer y cuya comida se repartía posteriormente a un pobre que pasara por ahí.

Este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, publicado por Ediciones La Librería, autorizada su inclusión en Madripedia bajo licencia Reconocimento-CompartirIgual