Palacio del Buen Retiro

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Vista de los Jardines y Palacio del Buen Retiro, hacia 1636

El Palacio del Buen Retiro tienen su origen entre los años 1630 y 1640, cuando el Conde-Duque de Olivares (Don Gaspar de Guzmán y Pimentel), valido de Felipe IV (1621 - 1665), le regaló al rey unos terrenos para el recreo de la Corte en torno al Monasterio de los Jerónimos de Madrid. Así, con la reforma del Cuarto Real que había junto al Monasterio, se inició la construcción del Palacio del Buen Retiro. Contaba entonces con unas 145 hectáreas. Aunque esta segunda residencia real iba a estar en lo que en aquellos tiempos eran las afueras de la villa de Madrid, no estaba excesivamente lejos del alcázar y resultó ser un lugar muy agradable por estar en una zona muy boscosa y fresca.

Bajo la dirección de los arquitectos Giovani Batista Crecenzi y Alonso Carbonell se construyeron diversos edificios, entre ellos el teatro del Buen Retiro que acogió representaciones teatrales de los grandes del Siglo de Oro, Calderón de la Barca y Lope de Vega. Perduran aún el Casón del Buen Retiro, antiguo Salón de Baile, el Museo del Ejército, antaño Salón de Reinos con sus paredes decoradas con pinturas de Velázquez, Zurbarán y frescos de Lucas Jordán y los jardines.

Archivo:Palacio del Buen Retiro 1.jpg
Maqueta del Palacio del Buen Retiro

Éstos se levantaron al mismo tiempo que el palacio, trabajando en ellos, entre otros, Cosme Lotti, escenógrafo del Gran Duque de Toscana, y edificándose una leonera para la exhibición de animales salvajes y una pajarera para aves exóticas. El estanque grande, escenario de naumáquias y espectáculos acuáticos, el estanque ochavado o de las campanillas y la ría chica pertenecen a este período inicial.

A lo largo de la historia, en este conjunto se han ido efectuando modificaciones, no siempre planificadas, que cambiaron la fisonomía del jardín, como el Parterre diseñado durante el reinado de Felipe V (1700 - 1746), la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro en tiempos de Carlos III (1759 - 1788) o el Observatorio Astronómico, obra de Juan de Villanueva, reinando Carlos IV (1788 - 1808). El rey Carlos III fue el primero en permitir el acceso de los ciudadanos al recinto, siempre que cumpliesen con la condición de ir bien aseados y vestidos. Durante la invasión francesa, en 1808, los jardines quedaron parcialmente destruidos al ser utilizados como fortificación por las tropas de Napoleón. El palacio es totalmente destruido.