Pinar de las Gómez
El Pinar de las Gómez se llamaba el pequeño jardín que había frente al Cuartel General del Ejército y sus jardines, entre Cibeles y Barquillo, compuesto de varios pinos. En un principio hubo aquí unas hermosas acacias que daban sombra a los paseantes. Pero un alcalde mandó arrancarlas porque en invierno se pelaban y hacían feo y cambiarlas por pinos, de hoja perenne. No se sabe quien fue el que bautizó el lugar con el nombre del "pinar de las Gómez" pero se hizo popular.
Aquí acudían las señoritas a pasear y el quinto y último de esos pinos colocados en ringla, tenía en torno a su tronco un asiento rústico que solía ser el lugar preferido de los enamorados. Cuando alguna señorita pedía permiso a su madre para estar a solas unos minutos con su pretendiente, la madre respondía «vete al quinto pino... donde yo pueda veros». Andando el tiempo los pinos se fueron secando, salvo tres -uno en la esquina de la calle del Barquillo, frente a la entrada del Banco Central Hispano Santander y otros dos ante las puerta del Cuartel General del Ejército- y el resto fueron sustituidos por acacias de nuevo.