Prensa madrileña de la transición

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La prensa escrita no representa en el último tercio del siglo XX más que un papel subsidiario dentro del panorama de la comunicación frente a la radio y, sobretodo, ala televisión. A principios de la década de los setenta sólo dos diarios superaban en España los 200.000 ejemplares: La Vanguardia de Barcelona y Abc de Madrid. Otros tres diarios, todos madrileños, tenían una tirada entre 100.000 y 200.000 ejemplares: Ya (de la Iglesia), As (deportivo) y Pueblo (de los sindicatos verticales). En la primera mitad de los ochenta se siguen sin alcanzar los noventa ejemplares por mil habitantes y la tirada total apenas supera a duras penas los tres millones de ejemplares diarios.

Tras la muerte de Franco y desde la llegada al poder de Suárez, se produce una profunda renovación. En mayo de 1976 vería la luz el diario El País; su primer director fue Juan Luis Cebrián, que procedía del Pueblo de Emilio Romero y había sido subdirector de Informaciones. Pocos meses después, el 18 de octubre, aparecería Diario 16, hijo menor del semanario Cambio 16 y cabecera de una cadena de diarios que llegó a extenderse por toda España. Su primer director fue Ricardo Utrilla, que más tarde dirigiría la agencia EFE, y sería sucedido en el cargo por Miguel Ángel Aguilar; pero el verdadero impulsor de la empresa fue su editor, Juan Tomás de Salas.

El madrileño Marca tiraba en 1983 entre 75.000 y 100.000 ejemplares. Entre 100.000 y 150.000 los madrileños Abc, el deportivo As, el católico Ya y el nuevo El País. Por encima de los 150.000, pero sin superar nunca los 200.000 ejemplares, estaba La Vanguardia. En la segunda mitad de los ochenta sólo El País supera los 300.000 ejemplares, y sigue La Vanguardia 150.000200.000 ejemplares, aunque otros cinco diarios superarán los 100.000 ejemplares.

El Estado democrático heredaba no sólo una televisión y una cadena de radio de titularidad estatal sino también una importante cadena periodística propiedad del Estado: integrada por cuarenta periódicos diarios, algunos tenían una situación saneada, buena tirada y no poco influencia, pero otros vivían en situación de déficit permanente. Con la Ley de Reforma Política de 4 de enero de 1977, el Movimiento Nacional desaparecía. El ministro secreto general del Movimiento pasaba a denominarse ministro secretario del Gobierno. El Estado incorporaba así, formalmente, lo que fuera el aparato propagandístico del régimen.

La vieja organización sindical franquista iba a convertirse en una entidad pública autónoma inscrita a la Presidencia del Gobierno—denominada Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS)— en abril de 1978 pasó al Ministerio de Cultura. Por decreto, en 1978 se transfirió a RTVE la cadena de emisoras del Movimiento. Poco antes de aprobarse la Constitución, el OAMCSE, dependiente del Ministerio de Cultura, estaba integrado por treinta y cinco periódicos y una agencia de noticias (PYRESA). Cuando en 1982 el PSOE ganó las elecciones liquidó la cadena de diarios heredada: en ningún Estado democrático había tantos medios de comunicación con titularidad gubernamental; además, la mayoría de éstos eran deficitarios. Sólo un periódico —el diario Sur de Málaga— fue adquirido por sus trabajadores, constituidos en sociedad laboral. En Madrid desaparecieron Arriba y Pueblo, y Marca fue adquirido por la sociedad propietaria de Actualidad Económica. Durante el gobierno de UCD se habían dado pasos previos para sanear la cadena.

Con los nuevos periódicos diarios la prensa semanal perdió el papel protagonista que había tenido en el tardofranquismo. Revistas como Triunfo desaparecieron del panorama de la prensa semanal para reaparecer durante dos breves años. Se mantuvo Cambio 16 que demostró en los difíciles años de la Transición ser una revista de gran calidad. Cambio 16 dio lugar aun potente grupo editor, conocido como Grupo 16, del que, además de la cadena de Diario 16, presente en casi toda España, se publicaban Motor 16, Marie Claire, Inversión 16, etc., además del mensual 'Historia 16 que apareció en mayo de 1976 compitiendo con otro mensual, Tiempo de historia, que publicaba Triunfo.

En la década de los ochenta Cambio 16, que se había quedado sola como revista semanal de información política, encontró un competidor: en 1982 nacía Tiempo, publicación del grupo Z junto con Dinero, Guía cocina, Conocer, Viajar, Nueva, La Revista, el diario económico La Gaceta de los negocios y los semanarios Panorama e Interviú. En 1989, Pedro J. Ramírez, director de Diario 16, abandonó este periódico; con Alfonso de Salas y un amplio grupo de inversores se fundó el diario El Mundo, que apareció en Madrid en octubre de 1989. Hay que mencionar el fallido intento del diario sensacionalista Claro, que nació en abril de 1991 de la mano del alemán Bild Zeitung y de Prensa Española (es decir, Abc) para fracasar estrepitosamente ese mismo verano. En otoño de ese mismo año cerró El Independiente. Poco después, en los primeros meses de 1992, desapareció el diario El Sol.cuando todavía no había cumplido dos años de vida; fue también un estrepitoso fracaso económico fruto de la ambición del propietario del importantísimo grupo editorial Anaya, Germán Sánchez Ruipérez.

Al comenzar el nuevo siglo, Ya y Diario 16 han desaparecido; la prensa semanal de información general languidece; Abc ha sido adquirido por el grupo Correo y el diario La Razón parece haberse consolidado, mientras que Marca ostenta el primer puesto en la tirada de todos los diarios españoles.

Referencia[ ]

  • PIZARROSO QUINTERO, Alejandro. Prensa madrileña de la transición, en Enciclopedia Madrid S.XX


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